Textos literarios

Los textos literarios son aquellos textos que tienen como propósito principal proporcionar placer estético, ya sea privilegiando los aspectos evocativos y sonoros del lenguaje (como en la poesía) o mediante la creación de un mundo ficcional (como en la novela y el teatro).

Por ejemplo: la Ilíada, de Homero; Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes; Macbeth, de William Shakespeare; Residencia en la Tierra, de Pablo Neruda.

En los textos literarios es frecuente el uso de diversos recursos para dotar de mayor expresividad al lenguaje y de nuevos significados a las palabras. Entre estos recursos se encuentran las figuras retóricas, como la metáfora, la metonimia, la aliteración y el hipérbaton.

Características de los textos literarios

Los textos literarios se caracterizan por:

  • Finalidad estética. Los textos literarios se reconocen primordialmente por su finalidad estética. A veces, esta finalidad puede corresponder a lo que habitualmente conocemos como “lo bello”. Sin embargo, esto no siempre es así. Por eso, cuando se habla de “finalidad estética” debe entenderse, en un sentido amplio, como lo opuesto a lo utilitario. Desde este punto de vista, los textos literarios pretenden tener valor por sí mismos, y en ellos el lenguaje no es solo un medio para transmitir información, sino también, y de modo particular, para provocar alguna emoción o reflexión en el lector.
  • Predominio de la función poética del lenguaje. En los textos literarios, a diferencia de los textos no literarios, el cómo se dice es tanto o más importante que el qué se dice. Esta característica se relaciona con la función poética del lenguaje (también llamada función estética), centrada en el modo en que se comunica un mensaje, hasta el punto de que la forma misma del texto es parte intrínseca de su significado.
  • Carácter ficcional. En los textos literarios se crea, a través del lenguaje, un universo ficcional que no está determinado por la realidad externa, más allá de que pueda presentar aspectos semejantes a esa realidad.
  • Polisemia. Los textos literarios presentan varios sentidos o significados. Estos significados no son excluyentes entre sí, sino que están presentes simultáneamente y pueden diferenciarse a distintos niveles, que van de lo literal a lo simbólico. Esta característica se denomina polisemia. La polisemia de los textos literarios permite que una misma palabra, una misma frase e, incluso, un mismo texto puedan ser interpretados de diferentes maneras.

Cuidado: El hecho de que los textos literarios admitan varias interpretaciones no significa que cualquier interpretación es válida: por un lado, las palabras, aunque se las use con un sentido figurado; siempre conservan su significado literal; por otro lado, los textos tienen una coherencia interna, de la que depende toda interpretación (por ejemplo, el modo en que se presentan ideas o hechos no es algo que pueda modificarse por la interpretación).

Tipos de textos literarios

Tradicionalmente, se reconocen tres tipos básicos de textos literarios, cada uno de los cuales corresponde a un género literario:

  • Género narrativo. Pertenecen a este tipo los textos literarios que cuentan una serie de hechos que transcurren en un lugar y una época. En algunos textos narrativos, los hechos suceden en un pasado y un lugar indeterminados, e incluyen la presencia de lo mágico o lo sobrenatural; en otros textos narrativos, el mundo representado se ajusta a las reglas de la realidad conocida. Son ejemplos de textos narrativos el cuento, la novela, la leyenda y la fábula.
  • Género lírico. Pertenecen a este tipo los poemas, textos literarios centrados en la expresión de ideas, emociones y sentimientos por parte de una voz enunciadora (el yo lírico). Por lo general, en estos textos las palabras se combinan para resaltar su sonoridad y crear significados nuevos. Tradicionalmente, se organizan en versos con una cantidad de sílabas determinada y emplean la rima; sin embargo, gran parte de la poesía moderna no se ajusta a ninguna forma específica.
  • Género dramático. Pertenecen a este tipo los textos teatrales, textos literarios elaborados para ser representados. Presentan un conflicto, que se desarrolla a través de las palabras y las acciones de los personajes. De manera tradicional, los textos teatrales se agrupan en dos clases: tragedias, de tema existencial y doloroso, y comedias, de carácter ligero.

Ejemplos de textos literarios

Ejemplo de género narrativo

Novela

Pedro Páramo, Juan Rulfo (fragmento)

Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo —me recomendó—. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte”. Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.

Todavía antes me había dicho:

—No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.

—Así lo haré, madre.

Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.

Ejemplo de género lírico

Poesía

“Arte poética”, de Vicente Huidobro

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;
Solo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.

Ejemplo de género dramático

La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca (fragmento)

Acto segundo

(Habitación blanca del interior de la casa de Bernarda. Las puertas de la izquierda dan a los dormitorios. Las hijas de Bernarda están sentadas en sillas bajas, cosiendo. Magdalena borda. Con ellas está la Poncia).

ANGUSTIAS: ―Ya he cortado la tercera sábana.
MARTIRIO: ―Le corresponde a Amelia.
MAGDALENA.: ―Angustias, ¿pongo también las iniciales de Pepe?
ANGUSTIAS (Seca.): ―No.
MAGDALENA (A voces.): ―Adela, ¿no vienes?
AMELIA: ―Estará echada en la cama.
LA PONCIA: ―Esa tiene algo. La encuentro sin sosiego, temblona, asustada, como si tuviera una lagartija entre los pechos.
MARTIRIO: ―No tiene ni más ni menos que lo que tenemos todas.
MAGDALENA: ―Todas, menos Angustias.
ANGUSTIAS: ―Yo me encuentro bien, y al que le duela que reviente.
MAGDALENA: ―Desde luego hay que reconocer que lo mejor que has tenido siempre ha sido el talle y la delicadeza.
ANGUSTIAS: ―Afortunadamente pronto voy a salir de este infierno.

Textos literarios y no literarios

Las principales diferencias entre los textos literarios y no literarios son:

Textos literariosTextos no literarios
Finalidadbrindar placer estéticoinformar
Función predominantepoéticareferencial
Recursosuso de figuras retóricasuso de términos técnicos
Significadopolisémicounívoco
Carácterficcional / verosímilno ficcional / verdadero
Ejemplosnovela, cuento, poesía, texto teatralartículos científicos, notas periodísticas, manuales escolares, instructivos

Los textos literarios se diferencian de los textos no literarios fundamentalmente por emplear el lenguaje con fines estéticos o artísticos, algo de lo que carecen los textos no literarios, que utilizan el lenguaje sobre todo como una herramienta para transmitir información.

En este sentido, se suele decir que los textos literarios privilegian la función poética o estética del lenguaje (centrada en la manera en que se dice algo), mientras que los textos no literarios enfatizan la función referencial (centrada en aquello que se dice). El predomino de la función poética en los textos literarios se manifiesta, entre otros aspectos, en el abundante uso de figuras retóricas o literarias (como metáforas, comparaciones o repeticiones).

Por ejemplo, en el verso Era del año la estación florida (Luis de Góngora, “Soledades”) se alude a la primavera por medio de una sinécdoque, una figura que consiste en designar el todo por la parte; en este caso, se designa la primavera por su característica más notable (la estación en la que florecen las plantas). A su vez, el orden de las palabras en la frase se aparta del orden habitual, que sería “Era la estación florida del año”. Este recurso se conoce como hipérbaton.

Los textos literarios se diferencian también de los no literarios en el significado asignado a las palabras. En los textos literarios, las palabras, además de su significado literal, adquieren otros significados, resultado del modo en que se las emplea. Se dice, por eso, que los textos literarios son polisémicos. Por el contrario, en los textos no literarios las palabras se emplean solo en su significado literal. Se dice que son textos unívocos.

Por ejemplo, en los versos de Quevedo Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!, / y en Roma misma a Roma no la hallas, la palabra Roma se emplea al menos en dos sentidos: la Roma antigua, capital de un imperio, y la Roma posterior a la caída del imperio romano. De este modo, mediante la repetición de Roma se alude a la idea de la ausencia del esplendor de la antigua Roma en la Roma del siglo XVII (cuando se escribieron los versos). En un sentido más general, Roma significa la gloria de la humanidad.

Además, los textos literarios se distinguen de los textos no literarios por construir un mundo propio, que, en cierta manera, es independiente de la realidad externa. Se dice, entonces, que los textos literarios son ficcionales, es decir, imaginarios. Al ser ficcionales, estos mundos no pretenden ser verdaderos, sino verosímiles, o sea, creíbles dentro de las reglas del mundo que crean. Por el contrario, los textos no literarios no buscan ser verosímiles, sino verdaderos, es decir, que se ajusten a la realidad.

Por ejemplo, en los cuentos de hadas, como “La cenicienta”, es verosímil que una calabaza se convierta en carroza, y en los relatos realistas, como Los de abajo, es verosímil que a una persona le incendien la casa.

Sigue con:

Referencias

  • Aguiar e Silva, Vitor Manuel de (1972). Teoría de la literatura, Gredos.
  • “Text types”, en Wikipedia.

Ejercicio: textos literarios

¿Te interesan nuestros contenidos?

Sigue nuestra cuenta de Instagram, donde publicamos contenidos exclusivos.

¿Cómo citar este artículo?

Citar la fuente original de donde tomamos información sirve para dar crédito a los autores correspondientes y evitar incurrir en plagio. Además, permite a los lectores acceder a las fuentes originales utilizadas en un texto para verificar o ampliar información en caso de que lo necesiten.

Para citar de manera adecuada, recomendamos hacerlo según las normas APA, que es una forma estandarizada internacionalmente y utilizada por instituciones académicas y de investigación de primer nivel.

Miller, Ignacio (25 de octubre de 2024). Textos literarios. Enciclopedia del Lenguaje. Recuperado el 23 de noviembre de 2024 de https://lenguaje.com/textos-literarios/.

Sobre el autor

Autor: Ignacio Miller

Profesor en Letras (Universidad Nacional de La Plata).

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: 25 de octubre de 2024

¿Te fue útil esta información?

No

    ¡Genial! gracias por visitarnos :)