Cuento

Un cuento es un relato de corta extensión y de carácter ficcional que puede tratar sobre diversos temas.

Ejemplos de cuentos:

  • “Casa tomada”, de Julio Cortázar
  • “El artista del trapecio”, de Franz Kafka
  • “El escarabajo de oro”, de Edgar Allan Poe
  • “Solo vine a hablar por teléfono”, de Gabriel García Márquez
  • “La cena”, de Alfonso Reyes

El cuento pertenece al género narrativo, puesto que se relata una historia, y se caracteriza por la brevedad y la simpleza de la trama y del desarrollo de los personajes. Además, su estructura, generalmente, está dividida en tres partes: inicio, nudo y desenlace.

Inicialmente los cuentos eran orales, pero, con el desarrollo del mercado editorial y la profesionalización de los autores, comenzaron a ser escritos. Sin embargo, en los dos tipos de narraciones se suele incluir un momento de tensión que capta la atención del lector.

Características del cuento

Las características principales de los cuentos son:

  • Extensión. La extensión de los cuentos suele ser breve, aunque hay algunos que son más cortos y otros, más largos.
  • Ficción. Los cuentos son narraciones ficcionales sin importar si se relatan hechos inventados o verídicos. Sin embargo, son verosímiles, es decir, que incluyen sucesos y escenarios que son convincentes para el lector.
  • Personajes. Los cuentos pueden contar con uno o más personajes, pero suele haber un protagonista, es decir, un personaje principal. Si bien puede haber descripciones sobre los personajes, lo más común es que sean breves.
  • Efecto. Los cuentos plantean incógnitas que se resuelven al final creando un efecto sorpresivo o reflexivo.
  • Contenido. Los cuentos tienen temas muy variados, como la realidad, el avance de la tecnología, la amistad y el amor. Además, su argumento o trama se desarrolla en un momento y lugar específicos, aunque estos pueden variar.
  • Forma. La forma del cuento se caracteriza por:
    • Tener un narrador. El narrador es la voz que relata el cuento y puede estar en primera, tercera y, en algunos casos, segunda persona. Además, hay diversos tipos de narradores, como el omnisciente y el protagonista.
    • Incluir diálogos. Los diálogos son las representaciones de las conversaciones que hay entre los personajes y suelen aparecer en muchos tipos de cuentos.
    • Estar escrito en prosa. La mayoría de los cuentos están en prosa, aunque, en algunos casos, pueden estar en verso.

Partes del cuento

Los cuentos tienen una estructura que suele constar de tres partes:

  • Introducción. Es la parte inicial en la que se presentan los personajes y la normalidad de la historia y se describen el espacio y el tiempo.
  • Nudo. Es la parte del medio en la que ocurre un acontecimiento que quiebra la normalidad de la trama y que genera una intriga.
  • Desenlace. Es la parte final en la que se suele resolver el problema planteado en el nudo y en la que se retorna a la normalidad del comienzo o se crea una nueva.

Importante: No todos los cuentos tienen esta estructura, por ejemplo, algunos comienzan in medias res, es decir, a partir del nudo o no tienen un desenlace claro, puesto que no hay una resolución del conflicto.

Tipos de cuento

Los cuentos se pueden clasificar según dos criterios: su origen y su subgénero literario.

Tipos de cuento según su origen

Según su origen, los cuentos pueden ser:

  • Cuentos populares. Son aquellos que no tienen autor, puesto que son anónimos y de circulación oral. Además, en muchos casos, suelen incluir elementos de las leyendas o las fábulas y tener más de una versión. Por ejemplo: “Caperucita Roja”.
  • Cuentos de autor. Son aquellos que tienen un autor, que inventó la historia, y circulan de manera escrita. Además, se caracterizan por ser muy diversos en relación con la forma y el contenido. Por ejemplo: “El capote”, de Nikolái Gógol.

Tipos de cuentos según su subgénero literario

Según el subgénero literario en el que se inscriben, los cuentos pueden ser:

  • Cuentos maravillosos. Son aquellos que narran acontecimientos improbables que tienen lugar en mundos mágicos y cuyos personajes pueden ser personas, pero también seres imaginarios, como hadas, brujas o duendes.
    Por ejemplo: “Blancanieves”, de autor anónimo.
  • Cuentos fantásticos. Son aquellos que narran historias que se desarrollan en contextos realistas hasta que irrumpe un hecho extraño que no puede ser explicado mediante las reglas de la razón, lo que produce en el lector duda y vacilación.
    Por ejemplo: “No se culpe a nadie”, de Julio Cortázar. 
  • Cuentos de ciencia ficción. Son aquellos en los que la trama se relaciona con una hipótesis científica, como la posibilidad de vivir en Marte o la coexistencia de humanos y robots.
    Por ejemplo: “El hombre bicentenario”, de Isaac Asimov.
  • Cuentos de terror. Son aquellos en los que se busca asustar al lector con la aparición de seres o sucesos terroríficos o sobrenaturales, como fantasmas y monstruos. En muchos casos, son relatos que también pueden clasificarse como fantásticos o de ciencia ficción.
    Por ejemplo: “La balsa”, de Stephen King.
  • Cuentos policiales. Son aquellos en los que un detective debe resolver un crimen. Se clasifican en cuentos policiales clásicos o cuentos del policial negro.
    Por ejemplo: “Tres portugueses bajo un paraguas”, de Rodolfo Walsh.
  • Cuentos realistas. Son aquellos en los que se narran tramas con la intención de representar la realidad o un aspecto de esta. Además, en algunos casos, funcionan como una crítica a las sociedades del presente o del pasado.
    Por ejemplo: “Conservación”, de Raymond Carver. 
  • Cuentos satíricos. Son aquellos que mediante la ironía critican el comportamiento de determinados tipos de personas o tienen como objetivo transmitir una enseñanza moral.
    Por ejemplo: “Zadig o el destino”, de Voltaire.

Los cuentos también se pueden clasificar según el público al que se dirigen (adultos, jóvenes, niños). Los cuentos infantiles, por ejemplo, son aquellos que están escritos específicamente para niños. Suelen ser maravillosos, pero también pueden ser policiales, realistas, de ciencia ficción o adaptaciones de otros relatos. Por ejemplo: “Bisa vuela”, de María Elena Walsh.

Ejemplos de cuentos

  1. “El color que cayó del cielo”, de H. P. Lovecraft.
  2. “La bella durmiente”, anónimo, pero tardíamente escrito por Charles Perrault.
  3. “Berenice se corta el pelo”, de Francis Scott Fitzgerald.
  4. “Bola de sebo”, de Guy de Maupassant.
  5.  “Continuidad de los parques”, de Julio Cortázar.
  6. “Las ruinas circulares”, de Jorge Luis Borges.
  7. “La Cenicienta”, anónimo.
  8. “La carta robada”, de Edgar Allan Poe.
  9. “El picnic de un millón de años”, de Ray Bradbury.
  10. “El nadador”, de John Cheever.
  11. “Las nieves del Kilimanjaro”, de Ernest Hemingway.
  12. “Una rosa para Emily”, de William Faulkner.
  13. “Luvina”, de Juan Rulfo.
  14. “Simbad el marino”, anónimo.
  15. “El advenimiento del águila”, de Rosario Castellanos.
  16. “Cómo nacieron las estrellas”, de Clarice Lispector.
  17. “La siesta del martes”, de Gabriel García Márquez.
  18. “El burro y la flauta”, de Augusto Monterroso.
  19. “El diablo en la botella”, de Robert Louis Stevenson.
  20. “El guardavías”, de Charles Dickens.
  21. “La manzana”, de Ana María Shua.
  22. “El cuarteto de cuerdas”, de Virginia Woolf.

Origen del cuento

En el ámbito académico existen debates y dudas respecto a cuándo y dónde se originó el cuento. Sin embargo, muchos especialistas en el tema aseguran que este tipo de narración surgió en el Neolítico (6000-4000 a. C.) en diferentes lugares, estaba vinculado con la religión, es decir, con rituales y mitos, y era de circulación oral.

Además, con el paso del tiempo, los cuentos también adquirieron un carácter lúdico y moralizador, puesto que se utilizaban para entretener y para transmitir enseñanzas y valores.

En la Edad Antigua (3000 a. C.-476 d. C.) muchos se pasaron a la escritura y fueron perdiendo su función religiosa, por eso, se separaron de los mitos, y comenzó a primar la función lúdica. De todas formas, los relatos de esta época estaban fuertemente vinculados con otros tipos de textos, como las fábulas.

En la Edad Media (476-1492), los cuentos solían ser de origen popular y podían adquirir un carácter realista, maravilloso o humorístico. Muchos de estos relatos estaban vinculados con la religión católica y se pasaron por escrito. Si bien los autores se ocupaban de reescribir historias tradicionales, podían ser originales en relación con la forma de contarlas.

En el siglo XIX, los autores románticos rescataron los cuentos tradicionales o populares y los pasaron por escrito. Además, en ese momento surgió el cuento moderno o literario, que tiene como características principales la circulación escrita, la libertad creativa y la reflexión sobre la forma, puesto que surgieron nuevos modelos narrativos, como la fragmentariedad y la ambigüedad.

Diferencia entre cuento y novela

Los cuentos y las novelas se diferencian por:

  • La extensión. Si bien no hay un límite preciso, los cuentos suelen ser más cortos y las novelas más largas.
  • El tiempo de lectura. Como consecuencia de su extensión, los cuentos se leen en poco tiempo; en cambio, las novelas suelen llevar muchas horas.
  • La cantidad de episodios. Los cuentos suelen desarrollarse en torno a un episodio central que plantea un problema a resolver. En cambio, las novelas suelen presentar diversos episodios.
  • El desarrollo de los personajes. En los cuentos se describe de manera general a los personajes; en cambio, en las novelas se presentan las cualidades de los personajes con mayor profundidad.

Sigue con:

Referencias

  • Garrido Domínguez, A. (2015). El cuento. En Diccionario Español de Términos Literarios Internacionales. http://www.proyectos.cchs.csic.es
  • Rest, J. (1991). Conceptos de literatura moderna. Centro Editor de América Latina. CEDAL.
  • Reyzábal, M. V. (1998). Diccionario de términos literarios I y II. Acento.
  • Souriau, E. (1998). Diccionario Akal de estética. Ediciones Akal.

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Giani, Carla (25 de octubre de 2024). Cuento. Enciclopedia del Lenguaje. Recuperado el 3 de febrero de 2025 de https://lenguaje.com/cuento/.

Sobre el autor

Autor: Carla Giani

Profesora en Letras (Universidad de Buenos Aires).

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: 25 de octubre de 2024

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