Prosopopeya

La prosopopeya o personificación es una figura retórica que consiste en atribuir características humanas o de seres animados a cosas inanimadas o abstractas.

Ejemplos de prosopopeya:

  • Detrás de una tostada
    se escondió la miel,
    la manteca muy enojada
    la retó en inglés,
    yo no sé por qué.

    (“Canción de tomar el té”, María Elena Walsh)
  • Los astros se rieron otra vez.
    (“Un vestido y un amor”, Fito Páez)

La prosopopeya es un tipo de recurso literario léxico-semántico que crea nuevos sentidos a partir del juego con el significado de las palabras y se aparta del significado denotativo. Suele utilizarse en textos literarios como poemas, canciones, cuentos, novelas, fábulas, leyendas, mitos, entre otros, y también en el lenguaje cotidiano. Por ejemplo: El automóvil me abandonó de nuevo.

Características de la prosopopeya

La prosopopeya es una figura retórica que tiene las siguientes características:

  • Dota a objetos inanimados o abstractos de características, cualidades o emociones propias de los humanos.
  • Se utiliza en textos literarios como poemas, fábulas, cuentos infantiles, entre otros.
  • Se utiliza también en el habla cotidiana.
  • Actualmente es sinónimo de personificación, pero originalmente se llamaba prosopopeya a la figura que hace hablar a los personajes ausentes, lejanos, muertos o cosas abstractas.
  • Es una figura léxico semántica porque utiliza las palabras en un sentido connotativo y juega con el significado de ellas.

Ejemplos de prosopopeya

  1. La vida me dio una cachetada.
  2. La naturaleza prepara su festín de primavera.
  3. Las montañas desafiaban al cielo con su altura.
  4. El río murmuraba historias mientras fluía tranquilamente.
  5. Yo pronuncio tu nombre
    en las noches oscuras
    cuando vienen los astros
    a beber en la luna.
    (“Si mis manos pudieran deshojar”, Federico García Lorca)
  6. El viento marino descansa en la sombra
    teniendo de almohada su negro clarín.
    (“Sinfonía en gris mayor”, Rubén Darío)
  7. Los árboles dicen al agua
    unas cosas oscuras que los grillos entienden
    y propagan.
    (“Los árboles dicen al agua”, Juan L. Ortiz)
  8. Cuentan que era blanca
    y que amaba al río
    y que él la esperaba
    de tarde, a las cinco.
    Ella, una canoa,
    él, un verde río
    (“Romance de la canoa y el río”, Elsa Bornemann)
  9. Hoy te busqué en la rima que duerme
    con todas las palabras…
    (“Puente”, Gustavo Cerati)
  10. —En mi planeta no hay tigres —objetó el principito—; y,
    además, los tigres no comen hierba.
    —Yo no soy una hierba —respondió suavemente la flor.
    —Perdóname…
    (“El principito”, Antoine Saint-Exupéry)

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Referencias

  • ristáin, Helena (1995). Diccionario de retórica y poética, Porrúa.
  • Fernández, Viviana H (2007). Diccionario práctico de figuras retóricas y términos afines, Albricias.
  • Marchese, Angelo y Joaquín Forradellas (2007). Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, Ariel.

Ejercicio: prosopopeya

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Travi, Catalina (1 de marzo de 2024). Prosopopeya. Enciclopedia del Lenguaje. Recuperado el 12 de septiembre de 2024 de https://lenguaje.com/prosopopeya/.

Sobre el autor

Autor: Catalina Travi

Profesora en Letras (Universidad Católica Argentina)

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: 1 de marzo de 2024

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