El género dramático es uno de los géneros en los que se divide la literatura, junto al género lírico y el género narrativo. El drama se distingue de este último en que pone en escena un relato sin la intermediación de un narrador.
Ejemplos de obras clásicas del género dramático:
- Siete contra Tebas de Esquilo (c. 525-456 a. C.)
- Las troyanas de Eurípides (c. 484-406 a. C.)
- Hamlet de William Shakespeare (1564-1616)
A pesar de que hubo variantes de importancia en todas las civilizaciones antiguas, se considera que el género dramático tuvo su origen en la Grecia Antigua, como la evolución de un conjunto de representaciones rituales con que se rendía culto al dios griego del vino y la alegría, Dionisos.
Con el tiempo estos himnos y cantos religiosos incluyeron también episodios mitológicos y hechos históricos, lo que dio origen a una nueva forma de expresión artística, que los antiguos griegos cultivaron y valoraron especialmente. Así nació el término drama, derivado del vocablo griego drao, “actuación”.
Las obras dramáticas pueden ser leídas, como cualquier otra forma de literatura, o pueden ser trasladadas a un escenario, donde actores las representan para un público. Por eso se considera que en el drama se dan la mano la literatura y las artes escénicas. Sin embargo, a los autores del texto escrito se les conoce como dramaturgos, mientras que a los encargados de conducir la representación actoral se les llama directores teatrales.
- Ver además: Características de un texto narrativo
Algunas de las características del género dramático son:
1. Se cuenta un relato sin presencia de un narrador
A diferencia de la épica y las diversas formas de la narrativa moderna, en que una voz cuenta la historia desde su perspectiva, en el drama las acciones que componen el relato ocurren frente al lector o espectador, es decir, se representan siempre en el momento presente.
Para esto se utilizan diálogos y acotaciones (también llamadas didascalias). En los diálogos se permite hablar a los personajes y en las acotaciones se explican o describen las acciones que llevan a cabo en escena. Es por ello que en las obras dramáticas suele anunciarse quién habla citando su nombre al inicio de cada parlamento, mientras que las acciones expresadas en las acotaciones generalmente se escriben entre paréntesis o corchetes y en cursivas.
Por ejemplo, en La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca:
SEGISMUNDO: Cansóme como llegó
grave a hablarme, y lo primero
que hizo, se puso el sombrero.
CRIADO 1: Es grande.
SEGISMUNDO: Mayor soy yo.
CRIADO 2: Con todo eso, entre los dos
que haya más respeto es bien
que entre los demás.
SEGISMUNDO: ¿Y quién
os mete conmigo a vos?
(Entra ESTRELLA)
ESTRELLA: Vuestra alteza, señor, sea
muchas veces bien venido
al dosel que agradecido
le recibe y le desea (...)
2. La obra se escribe tanto en prosa como en verso
Todas las formas de literatura se concibieron originalmente en verso, sobre todo en épocas previas a la escritura o en las que había bajos niveles de alfabetización (como el Medioevo). Este rasgo, sin embargo, lo conserva en la actualidad únicamente la poesía.
Las obras dramáticas modernas generalmente están escritas en prosa, sin versificación ni rimas de ningún tipo. Las obras dramáticas de épocas pasadas, por su parte, suelen estar compuestas en verso, lo que facilitaba su memorización por parte de los actores.
Por ejemplo, la obra El burlador de Sevilla de Tirso de Molina (1579-1648) está compuesta en verso:
D. PEDRO: ¡Prendelde!
D. JUAN: ¿Quién ha de osar?
Bien puedo perder la vida,
mas ha de ir tan bien vendida,
que a alguno le ha de pesar.
D. PEDRO: ¡Matalde!
D. JUAN: ¿Quién os engaña?
Resuelto en morir estoy,
porque caballero soy
del embajador de España (...)
Mientras que Luces de bohemia de Ramón del Valle Inclán (1866-1936) está compuesta en prosa:
MAX: Vuelve a leerme la carta del Buey Apis.
MADAMA COLLET: Ten paciencia, Max.
MAX: Pudo esperar a que me enterrasen.
MADAMA COLLET: Le toca ir delante.
MAX: ¡Collet, mal vamos a vernos sin esas cuatro crónicas! ¿Dónde gano yo veinte duros, Collet?
MADAMA COLLET: Otra puerta se abrirá.
MAX: La de la muerte. Podemos suicidarnos colectivamente.
3. La obra se estructura en tres unidades distintas
El relato contenido en una pieza dramática puede abarcar diferentes extensiones de tiempo ficcional. En ella pueden transcurrir días, semanas o incluso años, y la acción puede ocurrir en diferentes locaciones o ambientes. Este conjunto de factores determina la estructura de la obra, que consta de tres unidades fundamentales:
- La escena. Es la unidad mínima fundamental de la obra dramática. Es comprendida como el tiempo que comparten un conjunto determinado de personajes en escena. O sea, se cambia de escena en cuanto alguno de ellos entre o salga del escenario. Para que exista una escena, en resumen, hacen falta un personaje, una acción desempeñada y un lugar en donde ocurre.
- El cuadro. Es el conjunto de escenas que tienen lugar en el marco de un mismo decorado, o sea, de un mismo lugar o conjunto similar de lugares ficticios. Un cuadro puede contener diferentes escenas, siempre que compartan un planteamiento, desarrollo y desenlace dentro de la trama de la obra.
- El acto. Es la unidad máxima de la estructura de la obra, y en cada uno puede haber un número diferente de cuadros y escenas. Los actos se reconocen porque comienzan con la apertura del telón y culminan con su cierre. Entre uno y otro suele haber importantes cambios dentro del relato, como el paso del tiempo, un cambio radical de ambientación, entre otros. Antiguamente, las obras se componían de tres actos (de acuerdo al orden aristotélico: inicio, complicación y desenlace), pero luego podían tener uno solo o cinco actos distintos.
Por ejemplo, Las suplicantes de Esquilo (c. 525-456 a. C.) consta de tres actos, mientras que Don Juan Tenorio: drama religioso-fantástico en dos partes de José Zorrilla (1817-1893) consta de siete (repartidos en dos “partes”: cuatro en la primera y tres en la segunda). El monólogo Sobre el daño que hace el tabaco de Antón Chéjov (1860-1904), por su parte, tiene un solo y único acto.
Para tener en cuenta: Cuando una obra es extensa y cuenta con numerosos actos, suele haber un descanso entre dos actos distintos, conocido como entreacto o descanso.
4. La obra consta de un texto principal y un texto secundario
Toda obra dramática se compone de dos textos. El texto principal lo componen:
- El diálogo, en que un personaje se comunica con otro u otros;
- El aparte, en que un personaje se comunica con el público o dice algo que el público necesita saber;
- El soliloquio, en que el personaje reflexiona en voz alta o expresa sus sentimientos.
- El off, en que un personaje habla desde afuera de la escena, o sea, se escucha solamente su voz.
Mientras que el texto secundario lo constituyen las didascalias. Estas últimas se le pueden atribuir al autor mismo, y generalmente contienen descripciones o explicaciones sobre el decorado, la apariencia y las acciones de los personajes, o incluso, en casos excepcionales, reflexiones del autor o comentarios con fin estético o reflexivo.
Por ejemplo, en este fragmento de Los ángeles terribles de Román Chalbaud (1931-) se pueden apreciar ambos tipos de textos:
ÁNGEL: Quédate ahí. (Busca un lugar desde donde observarlo. Se decide por el centro del primer plano. Se sienta en el suelo, de espaldas al público.) … Estás muy bien… se ve muy bien… en bien de la humanidad… como un rey… (abre los brazos y se acuesta).
5. Presenta un conflicto entre opuestos
Normalmente, el relato de una obra dramática consiste en el enfrentamiento de dos fuerzas opuestas, o sea, de personajes que quieren una cosa y personajes que quieren otra distinta; y ambos deseos se excluyen mutuamente. Así, la tensión de la obra se sostiene a partir del conflicto entre estas dos fuerzas o voluntades, y la resolución se produce cuando una de las dos prima sobre la otra.
En ese sentido, los personajes pueden clasificarse de acuerdo a su rol en el cumplimiento de uno u otro desenlace, de la siguiente manera:
- Personajes protagonistas. Son aquellos con cuyo deseo o voluntad el público se identifica, y en torno a cuyas acciones se centra la obra.
- Personajes antagonistas. Son aquellos que se oponen al cumplimiento de la voluntad del protagonista, y que persiguen sus propios fines en la obra.
- Personajes secundarios. Son aquellos que toman parte en el conflicto y el desenlace del relato, ya sea a favor o en contra del protagonista, sin que necesariamente sean conscientes de ello.
Por ejemplo, en Antígona de Sófocles (496-406 a. C.) se representa el conflicto entre las leyes de la ciudad de Tebas, encarnadas en su rey Creonte, y el deseo de Antígona de dar apropiada sepultura a su hermano, quien atacó la ciudad a manos de un ejército invasor. Antígona representa el amor familiar que desobedece las leyes, mientras que el rey defiende el imperio de la ley de manera implacable. Esta tensión de opuestos se sostiene a lo largo de la obra.
- Ver además: Personajes de Don Quijote
6. Existen diferentes subgéneros dramáticos
Dado que las obras dramáticas pueden ser muy diferentes entre sí, suele hablarse de subgéneros dramáticos. Es decir, de tipos de obras dramáticas en base a sus temáticas, sus estructuras habituales y su momento histórico. Muchos de ellos se practican todavía, mientras que otros existen solo como parte de la historia de la literatura.
Los géneros dramáticos se organizan en dos grupos: los subgéneros mayores, de mayor extensión y antigüedad; y los subgéneros menores, de más reciente data y obras más breves. Los principales subgéneros dramáticos son:
Géneros mayores:
- Tragedia. Se centra en personajes históricos o ilustres en situaciones fatales, que los enfrentan al destino. Según Aristóteles, constituye el género dramático más perfecto y elevado, pues representa al ser humano mejor de lo que cotidianamente es.
- Comedia. Se centra en personajes cotidianos, comunes, que emprenden un conjunto de peripecias que desembocan en un final feliz. Su cometido es mostrar las torpezas, errores y defectos del ser humano. De acuerdo a Aristóteles, representa al ser humano peor de lo que cotidianamente es, para invitar a la risa.
- Tragicomedia. Mezcla de comedia y tragedia, es muy posterior a ellas, y se centra en personajes cotidianos que persiguen algún valor supremo o inmaterial (el amor, por ejemplo) a lo largo de una serie de sufrimientos o enredos que pueden culminar feliz o tristemente.
Géneros menores:
- Entremés. Piezas breves y jocosas, de un único acto, que se representaban antiguamente en el interludio o descanso de las obras mayores. En su mayoría representan personajes vulgares, cotidianos, que encarnan un cierto estereotipo social, y anécdotas sencillas, de rápida resolución.
- Farsas. Piezas breves y cómicas de intenciones satíricas o caricaturescas, en las que se exageran los errores y actitudes de los personajes, para hacer reír al público.
- Autos sacramentales. Piezas teatrales evangélicas, de tipo litúrgico y generalmente un solo acto, que se representaban entre los siglos XVI y XVIII en los países cristianos.
- Pastorales. Piezas teatrales de tipo folklórico, con poco material escenográfico, que combinaban temas religiosos, populares y versiones de obras de otros géneros. Fueron particularmente populares en el País Vasco y Francia.
- Vaudeville o vodevil. Piezas teatrales que forman parte del teatro de variedades nacido en Francia en el siglo XVIII, pero popularizado en los Estados Unidos posteriormente. Se trata de una comedia ligera, en la que había espacio para danzas, cantos, malabarismos y otras formas de espectáculo menor.
Sigue con:
Ejercicios: características del género dramático
Referencias
- Durán Vélez, J. (2004). Del género dramático, la historia y nuestra lengua. Universidad del Rosario.
- Diccionario Etimológico Castellano En Línea. Etimología de Drama. Etimologias.
- Portal Académico CCH. (s.f.) Géneros dramáticos. PortalAcademico.
- Massachusetts Institute of Technology (s.f.). Introduction to Drama. MIT.
- Encyclopaedia Britannica (6 de enero de 2023). Dramatic literature. Britannica..
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