Drama (características, géneros y ejemplos)

El drama es un género literario escrito con el objetivo de ser representado en un teatro, delante de un público, y que se caracteriza por emplear principalmente el diálogo entre personajes para representar hechos y situaciones ficticias.

Ejemplos de drama:

La vida es sueño, de Calderón de la Barca
El enfermo imaginario, de Molière
Final de partida, de Samuel Beckett

Como carece de narrador, el drama no cuenta una historia propiamente, sino que la escenifica con las acciones y las palabras de sus personajes. Las descripciones del escenario, de los gestos, actitudes y movimientos de los personajes, por su parte, son indicadas en las acotaciones, que son breves precisiones escritas por el autor para orientar la puesta en escena de la obra.

Ver además: Textos literarios

Recursos dramáticos

Existen principalmente cuatro recursos expresivos utilizados por los autores dramáticos:

Diálogo. Son las conversaciones entre los personajes.
Monólogo. Es la conversación de un personaje consigo mismo y en voz alta.
Aparte. Es cuando un personaje habla para sí mismo. Se diferencia del monólogo en que, en el aparte, hay más personajes en escena, pero estos aparentan no oír sus palabras.
Mutis. Es cuando un personaje sale de escena.

Estructura del drama

La estructura de las obras dramáticas, por otro lado, varía en función de la extensión de la pieza. Se reconocen tres divisiones estructurales principales:

El acto. Cada acto es señalado con la bajada del telón, e implica que ha habido un cambio importante o una inflexión en la historia, como la presentación del conflicto principal o la llegada del clímax.
El cuadro. Es aquel conjunto de escenas en las cuales el decorado y la ambientación escenográfica son las mismas. El cuadro, pues, transcurre en un mismo lugar. Cuando el cuadro cambia, cambia también la escenografía.
La escena. Es la parte del acto donde participan los mismos personajes. Un acto o un cuadro, por ejemplo, suelen incluir varias escenas.

Cuidado: Hoy en día la palabra drama suele usarse para referirse a las obras de carácter más grave o trágico, pero el drama, como género, incluye tanto a la comedia como a la tragedia, así como al resto de subgéneros dramáticos que existen, como la pieza, el melodrama o la tragicomedia.

Características del drama

Las principales características del drama son:

Es escrito para ser escenificado. Aunque el drama es la materia puramente verbal (es decir, el texto dramático), su objetivo siempre será poder ser llevado al teatro y representado ante un público.
No cuenta con un narrador. Como no hay un narrador que cuente la historia, la única forma que tienen los receptores de entender lo que está pasando es atender a los acontecimientos y acciones que se suceden escena tras escena, y escuchar las ideas y sentimientos que exponen los personajes.
El diálogo es esencial. Para entender los dilemas, conflictos, motivaciones o psicología de los personajes, lo único con lo que cuentan sus receptores es con los diálogos que estos sostienen entre sí. También hay monólogos o soliloquios, que son la conversación en voz alta que un personaje tiene consigo mismo.
La acción es la forma en que avanza la historia. El conjunto de actos y circunstancias que ocurren es lo que permite que la historia avance y que la audiencia pueda ir entendiendo de qué trata la historia que se despliega.
El lenguaje es tanto verbal como no verbal. En el drama, el lenguaje es fundamental para entender la historia. Lo escrito es tan importante como lo que no está escrito. Por eso, aquí juegan un papel igualmente esencial tanto el lenguaje verbal (lo que dicen los personajes), como el no verbal (sus gestos, movimientos, actitudes).
Utiliza pocas descripciones. El drama es el texto creado para proyectar una posible representación en el teatro. Por eso, el texto dramático cuenta con una serie de acotaciones introducidas por el autor para mostrar cómo es el escenario y algunos detalles específicos que son absolutamente relevantes para entender la obra, la historia y los personajes.

Ver además: Características del género dramático

Géneros dramáticos

De acuerdo a la forma de representar las acciones de sus personajes (seria o humorística), a su extensión (de uno o varios actos), o a los propósitos que la obra dramática persigue (si es moralizante o entretenida, por ejemplo), se pueden distinguir los siguientes tipos de dramas:

Tragedia. Trata temas elevados y los conflictos y acciones son representados de manera solemne, con personajes nobles. La historia, por lo general, se resuelve con una desgracia o una fatalidad.
Comedia. Género que mueve a la risa. Son representadas situaciones propias del pueblo llano. Aborda todos los temas, pero lo hace en un tono leve, con humor e ironía.
Tragicomedia. Combina elementos propios de la tragedia, como las situaciones fatales, con hechos disparatados. Suele tener un final feliz.
Melodrama. Incorpora música y actuación en la representación. Se caracteriza por el sentimentalismo y patetismo de sus personajes, con los que se busca generar una reacción emocional en el público.
Farsa. Representa escenas caricaturescas, poniendo cierto énfasis en situaciones que pueden resultar ridículas, grotescas o patéticas. Suele ser de corta extensión.
Obra didáctica. Transmite ideas de carácter moral o religioso, y su objetivo es aleccionar a su audiencia.
Auto. Obra breve, de lenguaje simple, con elementos cómicos, que suele tener la intención de trasmitir enseñanzas morales a la audiencia mediante el uso de alegorías.
Paso. Pieza breve, que trata cuestiones sencillas usando un lenguaje simple y en tono de comedia. Solía intercalarse, como obra independiente, entre las partes de las comedias para entretener al público.
Entremés. Obra cómica del teatro español que solía representarse entre la primera y segunda jornada de las comedias.
Sainete. Obra de un solo acto, de carácter cómico. Era representada entre dos actos de otra obra o al finalizar esta.
Pieza. Expone conflictos extraídos de la cotidianidad que son vividos por sus personajes, hombres y mujeres comunes. Es un género relativamente moderno, de finales del siglo XIX.

Ejemplos de dramas

Prometeo encadenado (siglo IV a. de C.), de Esquilo. Obra de carácter trágico que relata parte de la historia de Prometeo, un Titán castigado por regalarle el fuego a la humanidad.
Lisístrata (411 a. de C.), de Aristófanes. Comedia que retrata la disparatada huelga de un grupo de mujeres en medio de un conflicto bélico para obligar a sus maridos a que negocien la paz.
Auto de la barca del infierno (1517), de Gil Vicente. Obra, calificada como un auto, que aborda los dilemas morales. En ella, los personajes son llevados a decidir entre dos barcas para viajar, pero una se dirige a la Gloria y la otra al Infierno.
Macbeth (1606), de William Shakespeare. Obra trágica que examina los estragos que causan las ambiciones desmedidas de poder en las personas.
El caballero de Olmedo (1625), de Lope de Vega. Tragicomedia que cuenta un enredo amoroso, mezcla de pasión, celos y venganza, que acaba en desgracia. La obra está escrita en verso.
El misántropo (1666), de Molière. Comedia del teatro neoclásico que cuenta la historia de un hombre que se dedica a denunciar los vicios morales de la sociedad, hasta renunciar definitivamente a ella.
Un tranvía llamado deseo (1947), de Tennessee Williams. Obra dramática que refleja las diferencias sociales y las tensiones morales de la época en Estados Unidos.
Esperando a Godot (1952), de Samuel Beckett. Obra que relata la historia de dos hombres que se dedican a esperar a Godot, un personaje misterioso del que no sabemos prácticamente nada, y que nunca acaba por aparecer. Es una de las obras más importantes de la corriente llamada teatro del absurdo.

Origen del drama

El drama se originó en la Antigua Grecia. Fue promovido para el entretenimiento del pueblo por sus gobernantes, quienes habían ascendido al poder gracias a las clases populares. Pisístrato, tirano del siglo VI a. de C., fue clave en la promoción de este tipo de espectáculos.

En su origen, el drama estaba vinculado al culto al dios Dionisio y a las fiestas que en su honor se celebraban. Comenzó siendo un ditirambo, es decir, una composición poética cantada por un coro donde se contaban las aventuras de Dionisio y sus sátiros. En algún momento abandonó, sin embargo, los elementos propiamente dionisiacos y abrazó los temas heroicos.

Tespis, autor considerado el padre del teatro, posteriormente introduciría una novedad importante al diferenciar al personaje principal del resto del coro. Pero fue Esquilo, el principal autor de tragedias, el que hizo intervenir a dos actores y creó el diálogo de forma totalmente independiente del coro, con lo cual nació el género dramático propiamente dicho.

El drama permitía representar relatos que provenían de la mitología y de las leyendas antiguas del pueblo griego, y evolucionó hasta producir dos grandes subgéneros: la tragedia, que conmueve a su audiencia con historias de carácter elevado, y la comedia, que mueve a la risa mediante su levedad y humor.

Diferencia entre drama y teatro

El teatro y el drama están estrechamente relacionados. El drama es la materia verbal de la obra, es decir, los diálogos entre los personajes, las acotaciones y descripciones, y todos aquellos textos que escribió el autor pensando en su potencial representación.

El teatro, a diferencia del drama, supone toda la puesta en escena a partir del texto dramático. Esto incluye los actores, el escenario, los elementos decorativos y demás elementos que son necesarios para que la obra dramática pueda ser representada para un público.

Importante: Toda obra de teatro proviene de un texto dramático y toda obra dramática puede ser llevada al teatro.

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Referencias

Iáñez, Eduardo. (1989). Historia de la literatura: 1. Las literaturas antiguas y clásicas. Bosch.
Styan, J. (30 de julio de 2022). Dramatic literature. Encyclopedia Britannica. Recuperado en 13 de diciembre de 2022, en https://www.britannica.com/