La falacia ad hominem, también llamada argumento contra la persona o ataque personal, es aquella en la que se ataca al individuo en lugar de abordar directamente el argumento que expone.
Ejemplo de falacia ad hominem:
- No es cierto lo que dice tu hermano sobre el cambio climático, siempre ha sido muy exagerado.
Una falacia es un argumento incorrecto o inválido pero que tiene la capacidad de persuadir al interlocutor. Esto significa que se utiliza una sentencia que en apariencia se encuentra bien construida, pero en un análisis más profundo, la relación entre las premisas y la conclusión está errada.
El argumento ad hominem es un tipo de falacia de las más perjudiciales, porque constituye una injuria personal hacia el adversario. El término “ad hominem” proviene del latín y significa “contra el hombre”.
Por ejemplo: A sostiene que el gobierno debería aumentar el gasto en educación, entonces B le responde: Tú siempre estás a favor de aumentar el gasto público. Este argumento constituye una falacia ad hominem, en tanto la validez o invalidez del argumento de A no se relaciona con el hecho de que habitualmente esté o no a favor de aumentar el gasto público.
- Ver además: Falacia ad baculum
Características de la falacia ad hominem
Las características principales de la falacia ad hominem son:
- Posee el siguiente esquema lógico: “A afirma x; B afirma que una cualidad de A es cuestionable; por lo tanto, B sostiene no x”.
- Tiene por objetivo sembrar dudas acerca de la autoridad de la persona que defiende una proposición.
- Puede ser de tres tipos:
- Ataque personal directo u ofensivo. Consiste en atacar insultando y descalificando a la persona directamente.
Por ejemplo: No es cierto lo que dice tu amigo sobre los destinos de la economía, nunca ha sido muy inteligente. - Ataque personal indirecto o circunstancial. Consiste en atacar las circunstancias que rodean a la persona, como ser sus intereses o relaciones.
Por ejemplo: No son ciertas las cifras que compartió Manuel sobre el consumo de carne en el país. Él tiene una tienda de productos veganos y lo que quiere es vender. - Tu quoque. Consiste en acusar al otro de lo mismo contra lo que argumenta y de ese modo desacreditar lo que dice: ¿Cómo puede decir que no hay que robar, si usted es un ladrón?
- Ataque personal directo u ofensivo. Consiste en atacar insultando y descalificando a la persona directamente.
¿Cómo responder a una falacia ad hominem? Para responder a una falacia ad hominem, hay que tener en cuenta que la validez de un argumento no debería depender de la experiencia o el estatus de la persona que lo presenta, sino de la calidad de los argumentos. Por ello, no es recomendable responder con otro ataque similar, sino intentar apelar al razonamiento.
Ejemplos de falacia ad hominem
- Ella no puede opinar sobre la administración de esta escuela, pues es la hija del director.
- Eres un miembro de ese partido político, así que tus opiniones no valen la pena, siempre estarán sesgadas.
- No escucharé a alguien tan joven como tú; claramente, no tienes la experiencia necesaria para entender este tema.
- La directora de recursos humanos dio una serie de consejos para el trabajo remoto, pero no los tomaré en cuenta porque ella nunca trabajó desde su casa.
- Martina no habla con sus padres desde hace diez años, no leeré su libro sobre relaciones familiares.
- Tu opinión no es válida: estás enceguecido por el fanatismo hacia ese candidato.
- Ahora está vendiendo productos de la marca que siempre criticó, no puedo creerle nada de lo que diga.
- El señor López es deshonesto, por lo que no se puede discutir con él.
- Mi jefe sostiene que todos los empleados deberían tener buenos salarios, pero él no paga lo que corresponde.
- Dices que emigrar es la mejor opción pero nunca has vivido en otro país.
Tipos de falacias
Las falacias se clasifican en los siguientes tipos:
- Falacias formales. Cometen un error en su forma, es decir, violan alguna de las estructuras deductivamente válidas.
Por ejemplo: Los lunes tenemos práctica de fútbol. Hoy tenemos práctica de fútbol; por lo tanto, hoy es lunes. En este caso, la conclusión no se desprende necesariamente de las premisas, ya que hay otros días en los que podríamos tener práctica de fútbol, además de los lunes. - Falacias no formales o informales. Cometen un error en su contenido, es decir, en la información que se ofrece en las premisas para llegar a la conclusión. Dentro de este tipo de falacias, además de la falacia ad hominem, se distinguen:
- Falacia ad baculum. Es aquella que utiliza la amenaza o métodos rudos para lograr la aceptación de su conclusión.
Por ejemplo: El CEO de esta empresa confía en el gerente de Marketing; ustedes también deberían hacerlo, de lo contrario habrá consecuencias. - Falacia ad verecundiam. Es aquella que acepta una afirmación como verdadera solo porque la dice una persona con prestigio.
Por ejemplo: El experto en física afirma que la teoría de cuerdas es la explicación definitiva del funcionamiento del universo; por lo tanto, es válida. - Falacia ad populum. Es aquella que sostiene una proposición tan solo porque la mayoría la considera verdadera.
Por ejemplo: Todo el mundo está haciendo la fila de la derecha para embarcar, así que debe ser la correcta. - Falacia ad ignorantiam. Es aquella que argumenta que algo es verdadero solo porque no se ha demostrado aún que sea falso, o a la inversa.
Por ejemplo: No se ha probado la existencia de los dragones, por lo tanto no existen.
- Falacia ad baculum. Es aquella que utiliza la amenaza o métodos rudos para lograr la aceptación de su conclusión.
Referencias
- Copi, I. y Cohen, C. (2013). Introducción a la lógica. Limusa.
- Bonomo, H., Mamberti, J. y Miller J. (2010). Razonamientos y falacias comunes. En Tolerancia crítica y ciudadanía activa: una introducción práctica al debate educativo. International Debate Education Association.
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