Los textos expositivos son aquellos que tienen como objetivo informar y difundir conocimientos sobre un tema. Su nombre proviene del hecho de que en ellos predomina la exposición, es decir, una forma del discurso que consiste en presentar al receptor una información de manera directa y objetiva.
Algunos ejemplos de textos expositivos son:
- Los reportajes periodísticos
- Los artículos científicos y técnicos
- Las descripciones de las obras de arte en el museo
- Las reseñas de una película en la cartelera del cine
Los textos expositivos se distinguen de otras modalidades textuales, como pueden ser los textos argumentativos (que intentan convencer al lector de algo) o los textos narrativos (que le cuentan un relato). Visto así, se trata de un texto cuyo propósito exclusivo es transmitir información, o sea, divulgar algún tipo de conocimiento.
Para esto, además, los textos expositivos pueden apoyarse en elementos como gráficos, ilustraciones, listas o ejemplos, y suelen apostar por un estilo directo, breve, conciso y que vaya siempre al grano.
- Ver además: Tipos de textos informativos
Características de un texto expositivo
Todo texto expositivo se caracteriza por lo siguiente:
- Predominio de la referencialidad. Si bien un texto expositivo puede eventualmente servirse de otros procedimientos textuales (como la descripción o la narración) para transmitir mejor la información, se trata esencialmente de una exposición, o sea, de algo que se explica sobre un referente real o imaginario.
- Estilo directo y conciso. Generalmente, un texto expositivo va directo al grano del tema sobre el cual disertará. Posteriormente lo desarrolla tratando de ser claro, específico y con la menor ambigüedad posible.
- No tiene lugar para juicios u opiniones. Dado que no se trata de un texto argumentativo, el texto expositivo no tiene la intención de convencer al lector de un punto de vista. Por ende, debe ser lo más objetivo posible en su abordaje del tema, evitando cualquier forma de subjetividad.
- Impersonalidad. Las oraciones impersonales suelen abundar en este tipo de textos, así como la tercera persona para referirse al autor o los autores, ya que se busca disimular lo más posible la injerencia de la subjetividad del autor en el texto.
- Exactitud. Los textos expositivos tienden a ser lo más exactos posibles, es decir, a emplear un lenguaje apropiado para el tema planteado y el contexto en que se lo aborda. Emplea definiciones, conceptos y tecnicismos.
- Léxico abstracto. Las palabras empleadas en los textos expositivos suelen referirse a relaciones abstractas o imaginarias, así como al ordenamiento mismo de las ideas. Por ejemplo, suelen abundar los marcadores discursivos (sin embargo, por consiguiente, de esta manera, finalmente, entre otros).
La función referencial del lenguaje, también conocida como función informativa o representativa, es propia de los textos expositivos y es aquella que se ocupa de los elementos externos al acto comunicativo, es decir, los referentes y el contexto.
Estructura de un texto expositivo
Si bien los textos expositivos pueden resultar sumamente diversos entre sí, normalmente en su composición se utiliza la siguiente estructura tradicional:
- Inicio o introducción. Se trata de la etapa inicial del texto, en la que se brinda al interlocutor la información necesaria para poder enfrentar el tema abordado o para dejar en claro de qué tratarán las siguientes partes. Lo ideal es que, tras la introducción, el lector maneje las nociones mínimas necesarias para internarse en el resto del texto.
- Desarrollo o exposición. Se trata de la etapa intermedia del texto, donde se exponen las ideas más complejas y lo central del asunto. El desarrollo puede ser tan largo como se necesite, y generalmente presenta un recorrido desde lo más general hacia lo más específico del tema, o desde sus causas hacia sus consecuencias.
- Cierre o conclusiones. Se trata de la etapa final del texto, donde se hace una recapitulación de lo expuesto y se ofrecen al lector las posibles y eventuales conclusiones, o sea, el aprendizaje o las inferencias (generales o particulares) que se han obtenido una vez agotado el tema de exposición.
Tipos de texto expositivo
Los textos expositivos pueden ser de dos tipos, dependiendo del grado de formalidad y exigencia que tenga el desarrollo de las ideas:
- Textos expositivos divulgativos. Son aquellos que están dirigidos a todo público, es decir, a personas que no tienen una formación especializada en la materia. Por lo tanto, en ellos se emplea un léxico más llano, se evitan o se explican los tecnicismos y neologismos, y se ofrecen explicaciones introductorias que en otro contexto podrían resultar innecesarias. Por ejemplo: un folleto de información turística o un artículo de divulgación científica.
- Textos expositivos técnicos o especializados. Son aquellos que están dirigidos a un público especializado, o sea, con una formación o preparación técnica o académica en la materia. De este modo, se permiten un léxico más exigente, con tecnicismos, neologismos y cultismos, que a un lector común resultan difíciles de desentrañar. Por ejemplo: un artículo científico en una revista especializada o una monografía de tesis universitaria.
- Ver además: Estructura de un texto
¿Cómo hacer un texto expositivo?
Para elaborar un texto expositivo, resulta importante en primer lugar conocer el tema que se expondrá y haber realizado la lectura o investigación de las fuentes. De esta manera, se podrá abordar el tema de manera informada, objetiva y meticulosa.
Posteriormente, es recomendable elegir un procedimiento de exposición, es decir, una estrategia para organizar la información. Dichas estrategias, a grandes rasgos, se pueden resumir en tres abordajes:
- Abordaje sintetizante. Consiste en disponer de la información gradualmente, yendo de lo más sencillo a lo más complejo, de modo tal que las conclusiones obtenidas se deduzcan lógicamente de las premisas expuestas anteriormente.
- Abordaje encuadrado. Consiste en disponer de la información de manera tal que al inicio se ofrezca una premisa y el desarrollo del texto y sus conclusiones sirvan para reafirmar o demostrarla.
- Abordaje paralelo. Consiste en disponer de la información de manera tal que las premisas se ofrezcan al lector en conjuntos o bloques paralelos, sin que algunas resulten más importantes que las otras, a la manera de una comparación.
Cualquier tema se puede abordar desde estos tres puntos de vista. Para elegir entre uno y otro, basta con pensar cuál es la mejor manera de enfocar el asunto: a través de la síntesis, para que el lector llegue a las conclusiones deseadas; el encuadre para ofrecer una perspectiva y demostrarle que es válida; o el paralelismo, para que el lector pueda cotejar dos perspectivas.
Por otro lado, la escritura del texto expositivo puede comenzar por cualquiera de sus tres instancias estructurales (inicio-desarrollo-cierre), aunque dependiendo del tamaño del texto, puede ser recomendable comenzar por el desarrollo y dejar la introducción para lo último. En todo caso, a la hora de desarrollar el tema, se pueden utilizar los siguientes procedimientos:
- La definición. Consiste en explicar de manera concisa qué es una cosa.
Por ejemplo: Un asteroide es un cuerpo celeste de constitución rocosa. - La comparación. Consiste en cotejar un referente con otro, para explicar sus semejanzas o diferencias.
Por ejemplo: Algunos asteroides son del tamaño de planetas enanos, pero a diferencia de ellos no poseen atmósfera. - La ejemplificación. Consiste en brindar al lector ejemplos de lo que se afirma, para que pueda comprenderlo mejor.
Por ejemplo: Dos ejemplos de planetas enanos son Ceres y Caronte. - La pregunta retórica. Consiste en hacerle al lector preguntas que no esperan realmente una respuesta, sino que sirven para introducir un tema o un asunto.
Por ejemplo: ¿Puede un asteroide chocar contra la Tierra? - El problema y la solución. Consiste en plantear un problema posible y de inmediato ofrecer su solución, o bien explicar la solución de cara a los riesgos del problema.
Por ejemplo: Para prevenir el riesgo de impacto de asteroides en la Tierra, las agencias espaciales han elaborado varios proyectos de vigilancia del firmamento.
En último lugar, a la escritura del texto expositivo siempre debe proseguir una instancia de relectura, revisión y corrección, para captar y resolver los errores, inconsistencias y otros detalles que puedan haberse pasado durante la etapa de redacción.
Ejemplos de texto expositivo
A continuación, dos ejemplos de texto expositivo: uno divulgativo y otro técnico.
- Ejemplo de texto expositivo divulgativo
¿Qué es un iPhone?
Un iPhone es una línea de teléfonos inteligentes diseñados y comercializados por la empresa tecnológica estadounidense Apple Inc. Se trata de un dispositivo de alta gama, es decir, de costo importante en el mercado de teléfonos celulares, dada su potencia y sus grandes capacidades en materia de software.
El primer iPhone se introdujo en el mercado de los Estados Unidos el 29 de junio de 2007, con gran éxito y aceptación: incluso fue considerado “invento del año” por la célebre revista Time en 2009. Disponía de una cámara de fotos (de 8 megapixeles de potencia) y de un reproductor de música equivalente al entonces célebre iPod, sumado a su capacidad de enviar y recibir mensajes de texto y de voz. También ofrecía servicios de internet, como correo electrónico, navegación web y conectividad por redes wifi. Todo un acontecimiento en el mundo tecnológico del momento.
El 11 de julio de 2008, el iPhone salió a la venta en 22 países de manera simultánea, y llegó a ofrecerse en alrededor de 70 naciones distintas a finales de ese mismo año. Desde entonces, el modelo de teléfono Apple no ha parado de cambiar y mejorar, y son varias las versiones mejoradas que ya existen en el mercado: el más reciente al momento de redacción de esta nota fue el iPhone 14.
- Ejemplo de texto expositivo técnico
Sobre el estudio de los pacientes con STPH en Turkmenistán
El STPH (Síndrome de Transmutación Pilórica Humana) es una de las patologías más recurrentes en los pacientes internados en la actualidad médica mundial. Desde que fuera decretado como epidemia global silenciosa por la OMS, su impacto lento pero masivo no ha dejado de sentirse en las poblaciones hospitalarias del planeta, pero especialmente en las del tercer mundo, y sobre todo en la región de Mayer, en la República de Turkmenistán.
En ese sentido, el estudio emprendido por Emmeret, J. (2058) en los laboratorios de Pfizer ha sido, sin duda alguna, el avance más significativo en la comprensión de este agente patógeno. Los hallazgos significativos en la lectura de su ARN recombinante mediante técnicas de estenografía digital son elocuentes, y apuntan decisivamente hacia una infección priónica, más que viral. Y aunque la frontera entre ambas cosas es tenue, es también importante a la hora de diseñar un eventual tratamiento.
Es necesaria más investigación en la materia, desde luego, pero estos hallazgos bien pueden ser la piedra fundacional no solo de una eventual respuesta farmacológica a la enfermedad, sino de un nuevo campo de estudio en las patologías humanas.
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Referencias
- Álvarez Angulo, T. (2010). “El texto expositivo y su escritura”. Folios (32). Universidad Pedagógica Nacional de Colombia.
- Britton, B. y Black, J. (2017). Understanding Expository Text: A Theoretical and Practical Handbook for Analyzing Explanatory Text. Psychology Library Editions.
- Vidal-Abarca, E., Gilabert, R. y Abad, N. (2014). “Una propuesta para hacer buenos textos expositivos: hacia una tecnología del texto expositivo”. Journal for the Study of Education and Development (vol. 4, N° 25). Taylor & Francis.
- Portal Educ.ar. “El texto expositivo y sus funciones”. https://www.educ.ar
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