El narrador en primera persona es la voz que relata los acontecimientos de un texto narrativo y que coincide con alguno de los personajes que participan en él.
Ejemplo de narrador en primera persona:
Pueden llamarme Ismael. Hace años -no importa cuántos exactamente-, con poco o ningún dinero en mi billetera, y nada de particular que me interesara en tierra, pensé darme al mar y ver la parte líquida del mundo. Es mi manera de disipar la melancolía y regular la circulación. Cada vez que la boca se me tuerce en una mueca amarga; cada vez que en mi alma se posa un noviembre húmedo y lluvioso; cada vez que me sorprendo deteniéndome, a pesar de mí mismo, frente a las empresas de pompas fúnebres o sumándome al cortejo de un entierro cualquiera y, sobre todo, cada vez que me siento a tal punto dominado por la hipocondría que debo acudir a un robusto principio moral para no salir deliberadamente a la calle y derribar metódicamente los sombreros de la gente, entonces comprendo que ha llegado la hora de darme al mar lo antes posible.
Moby Dick, de Herman Melville (traducción: Enrique Pezzoni)
Este tipo de narrador se refiere a sí mismo y a la historia que narra utilizando la primera persona del singular o del plural (yo/nosotros), por lo que los lectores acceden a un punto de vista parcial y subjetivo de la trama. También llamado narrador interno, actúa y emite opiniones sobre la historia basadas en su propia visión.
El narrador en primera persona es una forma narrativa muy utilizada en la autoficción, la autobiografía, diario íntimo o de viaje, pero también en la novela policial o detectivesca.
Importante: No se debe confundir al narrador con el autor o escritor. El narrador es una entidad abstracta que relata la historia, mientras que el autor es la persona que escribe el texto y elige el tipo de narrador que desea para su narración. Esto se puede ver claramente en los casos en que narrador y escritor no tienen el mismo género. Por ejemplo, en Viaje de invierno, Zoilo es el narrador y su autora es Amélie Nothomb.
- Ver además: Tipos de narradores
Características del narrador en primera persona
El narrador en primera persona, también denominado homodiegético:
- Utiliza la primera persona gramatical del singular (yo) o del plural (nosotros, nosotras). En la primera persona del plural, los narradores cuentan la historia no como una sola persona, sino como miembros de un grupo que actúa como unidad.
Por ejemplo, en el cuento “Una rosa para Emily” de William Faulkner, el narrador es la voz del pueblo que da su opinión sobre los hechos. - Participa de los acontecimientos de la historia narrada, por lo que constituye un narrador personaje.
- Puede ser o no el protagonista del relato.
- Adquiere el conocimiento de algún hecho de la trama porque lo experimentó o porque otro de los personajes se lo contó.
- Cuenta sus propios pensamientos u opiniones, pero no los de los demás, a menos que estos se los compartan con anticipación.
- Dota a la historia de una mayor inmediatez, lo que implica una mayor posibilidad de identificación del lector con este tipo de narrador.
Tipos de narrador en primera persona
Existen distintos tipos de narradores en primera persona, según el tipo de personaje que tome la voz.
- Narrador protagonista. Cuenta su propia historia desde un punto de vista subjetivo, realizando juicios de valor sobre lo que sucede a su alrededor. El lector accede a los recuerdos, pensamientos y sentimientos del protagonista con información de primera mano, ya que no existe ningún narrador interpuesto, lo que produce una posibilidad de identificación mayor con el protagonista. Es un tipo de narrador verosímil, sencillo e intuitivo. Por ejemplo:
Era la primera vez que subía una escalera: en el pueblo había muy pocas casas que tuvieran más de un piso y las que lo tenían eran inaccesibles. Este es mi recuerdo inaugural de La Habana: ir subiendo unas escaleras con escalones de mármol. Hay la memoria intermedia de la estación de ómnibus y el mercado del frente, la Plaza del Vapor, arcadas ambas, colmadas de columnas, pero en el pueblo también había portales. Así mi verdadero primer recuerdo habanero es esta escalera lujosa que se hace oscura en el primer piso (tanto que no registro el primer piso, solo la escalera que tuerce una vez más después del descanso) para abrirse, luego de una voluta barroca, al segundo piso, a una luz diferente, filtrada, casi malva, y a un espectáculo inusitado.
La Habana para un infante difunto, de Guillermo Cabrera Infante.
- Narrador testigo. Cuenta la historia en primera persona, pero sin ser el protagonista, sino como un personaje secundario o terciario. Es un observador que estuvo presente y fue testigo de los acontecimientos, y narra lo que le ha pasado a otro, pero de forma parcial, ya que debe recoger datos fragmentados de lo que ve o escucha y de lo que otros personajes le cuentan. A diferencia del narrador en tercera persona, no tiene acceso a los pensamientos del resto de los personajes, pero puede incluir suposiciones o hipótesis de estos. Su lenguaje está dotado de un estilo particular y carga su propia subjetividad. Por ejemplo:
–Doctor Watson, el señor Sherlock Holmes–anunció Stamford a modo de presentación.
–Encantado –dijo cordialmente mientras me estrechaba la mano con una fuerza que su aspecto casi desmentía–. Por lo que veo, ha estado usted en tierras afganas.
–¿Cómo diablos ha podido adivinarlo? –pregunté, lleno de asombro.
–No tiene importancia –repuso él riendo por lo bajo–. Volvamos a la hemoglobina. ¿Sin duda percibe usted el alcance de mi descubrimiento?Estudio en escarlata, de Arthur Conan Doyle (traducción: Marta Reyes Seco)
- Monólogo o narrador interior. Cuenta la historia desde el fluir de los pensamientos de uno de los personajes, que son plasmados en tiempo real. Utiliza la primera persona en un discurso que no está dirigido a nadie, excepto a sí mismo. Narra una sucesión de pensamientos caóticos y dispersos escritos por asociaciones libres, por lo que se trata de un texto cuya sintaxis y puntuación se encuentra alterada. Se trata del tipo de narrador menos utilizado en literatura. Por ejemplo:
Caddy me desenganchó y pasamos a gatas. El tío Maury dijo que no nos viera nadie, así que mejor nos agachamos, dijo Caddy. Agáchate, Benjy. Así, ves. Nos agachamos y atravesamos el jardín por donde las flores nos arañaban al rozarlas. El suelo estaba duro. Nos subimos a la cerca de donde gruñían y resoplaban los cerdos. Creo que están tristes porque hoy han matado a uno, dijo Caddy. El suelo estaba duro, revuelto y enredado.
No te saques las manos de los bolsillos o se te congelarán, dijo Caddy. No querrás tener las manos congeladas en Navidad verdad.
«Hace demasiado frío», dijo Versh. «No irá usted a salir».
«Qué sucede ahora», dijo Madre.
«Que quiere salir», dijo Versh.
«Que salga», dijo el tío Maury.
«Hace demasiado frío», dijo Madre. «Es mejor que se quede dentro. Benjamin. Vamos. Cállate».El ruido y la furia, de William Faulkner (traducción: F. E. Lavalle)
Diferencias con el narrador en segunda y tercera persona
Existen tres posibilidades para narrar una historia, según la persona gramatical que se utilice: las más frecuentes son la primera persona (yo, nosotros, nosotras) y la tercera persona (él, ella, ellos, ellas); y la menos frecuente, la segunda (tú, ustedes, vosotros, vosotras).
A diferencia del narrador en primera persona, cuya historia se cuenta desde el interior del relato, el narrador en tercera persona no participa de los hechos, sino que los contempla de afuera, sin intervenir. Las historias contadas en tercera persona, a través de un narrador omnisciente, equisciente o deficiente, suelen dar mayor protagonismo a los acontecimientos, y algo menos a la construcción de los personajes. Son historias más objetivas en tanto se centran en la acción y la descripción general de los ambientes.
Por ejemplo: “Marcharon toda la noche, saliendo al despuntar el día sobre uno de los picos que dominaban el desfiladero donde combatieron poco antes entre la sombra” (La guerra gaucha, de Leopoldo Lugones).
Por su parte, el narrador en segunda persona, si bien se encuentra próximo al narrador en primera, relata los sucesos a otra persona, que puede ser el protagonista, un personaje o el lector. Este tipo de narrador es frecuente en los relatos epistolares.
Por ejemplo: “Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti, a nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato” (Aura, de Carlos Fuentes).
Los tiempos del pasado suelen ser los naturales para la narración en primera y en tercera persona. En cambio, un relato en segunda persona puede utilizar tanto el pasado, como el presente o el futuro.
Referencias
- Tacca, O. (1973). Las voces de la novela. Gredos.
- Páez, E. (2010). Escribir. Manual de técnicas narrativas. Ediciones SM España.
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