La lírica renacentista es el conjunto de poesías líricas que se escribieron en el Renacimiento, un movimiento cultural y artístico que se desarrolló principalmente en Europa desde el siglo XIV hasta principios del XVII.
Ejemplos de lírica renacentista:
- “Égloga II”, de Garcilaso de la Vega
- “Morada del cielo”, de Fray Luis de León
- “Cubrir los bellos ojos”, de Gutierre de Cetina
El Renacimiento se originó en Italia en el siglo XIV con las composiciones poéticas de Francesco Petrarca. En su obra, se destacan las referencias al amor imposible y los recursos formales.
Una de las características principales de este movimiento es el estudio y la reivindicación de los autores de la antigua Grecia y la antigua Roma, como Ovidio, Horacio y Virgilio. Sin embargo, si bien en este período se imitaron las composiciones clásicas, también hubo una renovación en la métrica y los temas.
En España, el Renacimiento se desarrolló en el siglo XVI y comprendió dos períodos:
- El Renacimiento italianizante. Coincidió con el reinado de Carlos V (1500-1558) y se caracterizó por adoptar las ideas humanistas y la estética italiana (y a través de esta la clásica) y ser fuertemente innovador.
- El Renacimiento contrarreformista. Coincidió con el reinado de Felipe II (1527-1598) y se caracterizó por un decrecimiento de la experimentación y el retorno a la literatura religiosa como consecuencia de la Contrarreforma.
Importante: Lírica no es sinónimo de poesía, sino que es el género literario que agrupa las composiciones en verso en las que se expresan sentimientos, pensamientos o percepciones. En el Renacimiento, también se escribieron otros tipos de poemas, los épicos, es decir, composiciones en verso que narran enfrentamientos bélicos y hazañas de héroes reales, legendarios o mitológicos. Por ejemplo: Orlando Furioso, de Ludovico Ariosto.
- Ver además: Literatura renacentista
Características de la lírica renacentista
Durante el Renacimiento se produjo una renovación en distintos aspectos de la poesía:
- Métrica. Se comenzó a utilizar el verso endecasílabo (de once sílabas) solo o en combinación con el heptasílabo (de siete sílabas). Además, se crearon nuevos tipos de estrofas. Por ejemplo:
- Terceto encadenado. Es una estrofa de tres versos endecasílabos en la que riman el primero con el tercero, y el segundo con el primero y el tercero de la estrofa siguiente.
- Octava real. Es una estrofa de ocho versos endecasílabos con rima consonante.
- Lira. Es una estrofa de cinco versos endecasílabos y heptasílabos con rima consonante.
- Estancia. Es una estrofa de distintas cantidades de versos endecasílabos y heptasílabos con rima consonante.
- Estilo. Se comenzó a emplear un estilo en el que predominaban la belleza, la armonía y el equilibrio como consecuencia de la influencia de la literatura clásica. Además, en España, las composiciones se escribían más frecuentemente en español culto, y no en latín.
- Figuras retóricas. Se comenzaron a emplear cada vez más figuras retóricas, como la metáfora, la paradoja, el epíteto y la comparación. Esto se dio como consecuencia de la importancia que se le dio a la estética en este período.
- Concepción del mundo. Como consecuencia del humanismo, se pasó del teocentrismo (modo de ver el mundo que supone que Dios está en el centro) al antropocentrismo (forma de concebir la realidad en la que el ser humano está en el centro), aunque sin dejar de lado las creencias cristianas. Además, se abandonaron algunas teorías medievales y se adoptaron otras de origen clásico, como las de Platón y Aristóteles.
Importante: Si bien durante el Renacimiento en España hubo mucha modernización estética, también se continuaron escribiendo composiciones originadas en el Medioevo, como el romance.
Temas de la lírica renacentista
Los temas de la lírica renacentista provienen principalmente de los poetas italianos y los clásicos:
- Amor. Es concebido desde las ideas de Petrarca y Platón y supone un estado de melancolía constante por la falta del objeto de amor. Sin embargo, este sentimiento también perfecciona al ser humano, puesto que la contemplación de la belleza de la amada permite al enamorado acercarse a la divinidad.
- Naturaleza. Es un espacio idílico, armónico y pacífico donde el individuo busca la tranquilidad del ánimo o bien el paisaje actúa como confidente perfecto de sus penas amorosas. En muchos casos, se describe o se utiliza el escenario pastoril.
- Mitología grecolatina. Es el conjunto de mitos clásicos y aparece en distintas composiciones, puesto que se narran las historias o se describen las características de sus personajes. Además, estos mitos son empleados para hacer comparaciones con los sentimientos expresados.
- Religión. En España, el tema religioso se concibe desde dos vertientes: la mística (expresa una intensa unión con Dios y la iluminación como una vivencia íntima) y la ascética (hace hincapié en la búsqueda de Dios a través del perfeccionamiento del alma, que ocurre al alejarse del mundo y acercarse a la naturaleza).
Tópicos clásicos de la lírica renacentista
En relación con estos temas, en la lírica renacentista se emplearon distintos tópicos clásicos. Algunos de ellos son:
- Carpe diem. Representa el concepto de disfrutar el presente sin tener en cuenta el futuro.
- Tempus fugit. Representa el concepto de que el tiempo y la vida son efímeros y que nada dura para siempre.
- Locus amoenus. Representa el concepto de que la naturaleza es un lugar idílico, hermoso y tranquilo.
- Beatus ille. Representa el concepto de la importancia de alejarse del mundo para acercarse a la vida simple de la naturaleza y el campo.
- Descriptio puellae. Representa el concepto de describir a la amada mediante una enumeración de sus características físicas y morales.
- Aurea mediocritas. Representa el concepto de la importancia del equilibrio en la vida.
Tópico: Es un tema que aparece en una gran cantidad de obras de una época, que es representativo de esta y que suele presentarse de manera similar en distintos textos.
Tipos de composiciones de la lírica renacentista
En la lírica renacentista, se inventaron distintos tipos de composiciones, pero también se utilizaron otras provenientes de la literatura italiana o la clásica. Algunas de ellas son:
- Soneto. Está compuesto por dos cuartetos (estrofa de cuatro versos endecasílabos) y dos tercetos (estrofa de tres versos endecasílabos) con rima consonante y suele tratar sobre un tema específico, como el amor.
Por ejemplo: “Soneto XXIII”, de Juan Boscán. - Silva. Está compuesta por una serie indefinida de versos endecasílabos y heptasílabos con rima consonante o asonante.
Por ejemplo: “Silvae”, de Angelo Poliziano. - Copla. Está compuesta por estrofas de distinta extensión de versos octosílabos (de ocho sílabas) o dodecasílabos (de doce sílabas) con rima asonante o consonante y suele tratar temas elevados.
Por ejemplo: “Copla V”, de Garcilaso de la Vega. - Canción. Está compuesta por liras o estancias y suele tratar sobre el amor.
Por ejemplo: “Canción V”, de Garcilaso de la Vega. - Oda. Está compuesta por liras o estancias y suele tratar sobre temas elevados, como héroes, el amor y la filosofía.
Por ejemplo: “Oda a Francisco de Salinas”, de Fray Luis de León. - Epístola. Suele estar compuesta por tercetos encadenados y es una carta en la que se comunican diversos temas.
Por ejemplo: “Epístola a Diego Hurtado de Mendoza”, de Juan Boscán. - Égloga. Está compuesta por estancias y suele narrar historias de amor que transcurren en el campo o en la naturaleza.
Por ejemplo: “Égloga I”, de Garcilaso de la Vega. - Elegía. Suele estar compuesta por tercetos encadenados y expresa nostalgia o melancolía por el amor perdido, el paso del tiempo, la muerte, entre otros.
Por ejemplo: “Elegía I”, de Garcilaso de la Vega. - Madrigal. Suele estar compuesto por una cantidad indefinida de versos endecasílabos y heptasílabos con rima consonante y expresa sentimientos, como el amor, describe la naturaleza o narra mitos clásicos.
Por ejemplo: “Ojos claros, serenos”, de Gutierre de Cetina.
Autores españoles de la lírica renacentista
- Juan Boscán (c. 1487-1542). Fue poeta, traductor y el introductor de la lírica renacentista en la poesía española junto con Garcilaso de la Vega. Escribió canciones, sonetos, coplas y epístolas. Algunas de sus obras son:
- “Hero y Leandro”
- “Soneto I”
- Garcilaso de la Vega (c. 1501-1536). Siguió el estilo de Juan Boscán y fue el poeta más destacado del Renacimiento italianizante. Escribió sonetos, églogas, elegías, canciones y una epístola. Algunas de sus obras son:
- “Soneto X”
- “Canción I”
- Diego Hurtado de Mendoza (c. 1503-1575). Continuó el estilo de Garcilaso de la Vega y fue un destacado humanista. Escribió poesías relacionadas con la filosofía y algunas de ellas con un tono satírico-burlesco. Algunas de sus obras son:
- “Elegía a la muerte de doña Marina de Aragón”
- “Fábula de Adonis, Hipómenes y Atalanta"
- Gutierre de Cetina (1510-1554). Continuó con el estilo italianizante de Garcilaso y escribió sonetos, pero se destacó en la composición de madrigales. Algunas de sus obras son:
- “Soneto III”
- “Madrigal IX”
- Hernando de Acuña (1518-1580). Continuó el estilo italianizante de Garcilaso y escribió sonetos, canciones y madrigales que narraban mitos clásicos o que reivindicaban a la corona española. Algunas de sus obras son:
- “Fábula de Narciso”
- “Al rey nuestro señor”
- Fray Luis de León (c. 1527-1591). Se destacó en la poesía ascética y en la composición de odas. Algunas de sus obras son:
- “Vida retirada”
- “Noche serena”
- Fernando de Herrera (1534-1597). Fue un continuador de la estética de Garcilaso en el Renacimiento contrarreformista y un erudito. Escribió poemas de tema amoroso y sobre los reyes españoles o la mitología griega. Algunas de sus obras son:
- “Elegía primera”
- “A la batalla de Lepanto”
- Santa Teresa de Jesús (1515-1582). Fue monja y escritora y sus composiciones trataban sobre la religión católica desde la perspectiva mística. Algunas de sus obras son:
- “Villancico”
- “Glosa”
- San Juan de la Cruz (1542-1591). Fue el más reconocido representante de la poesía mística. Algunas de sus obras son:
- “Llama de amor viva”
- “Noche oscura del alma”
- Baltasar de Alcázar (1530-1606). Fue un poeta fuertemente influenciado por Gutierre de Cetina. Escribió sonetos, epigramas, canciones y epístolas con tono serio, pero también como sátiras a los temas renacentistas. Algunas de sus obras son:
- “Al amor”
- “A la misma muerte de oro”
Autores de otros países de la lírica renacentista
- Francesco Petrarca (1304-1374). Fue un escritor italiano y es considerado el primer autor renacentista por su concepción del amor y por la inclusión de temas humanistas y clásicos. Algunas de sus obras más relevantes son:
- Cancionero
- “África”
- Pietro Bembo (1470-1547). Fue un escritor italiano que siguió la estética de Petrarca y describió al amor desde una concepción platónica y utilizando distintos elementos formales para crear una poesía artificiosa. Su obra más relevante es Rimas.
- Clément Marot (1496-1544). Fue un escritor francés que combinó elementos de la literatura medieval con la influencia del humanismo. Escribió elegías, baladas, epigramas y epístolas. Algunas de sus obras más relevantes son:
- “Infierno”
- “Templo de Cupido”
- Pierre de Ronsard (1524-1585). Fue uno de los primeros poetas franceses en abandonar la estética medieval para imitar los modelos clásicos. Escribió sonetos, elegías, églogas, entre otros. Algunas de sus obras más relevantes son:
- Odas
- Amores
- Thomas Wyatt (1503-1542). Fue un escritor inglés que utilizó elementos de la literatura inglesa medieval tradicional, pero que adaptó el soneto al inglés. Algunas de sus obras más relevantes son:
- “In Spain”
- “I”
Lecturas
- “Noche oscura del alma”, de San Juan de la Cruz
Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.
En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
A oscuras y segura,
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.
Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el alborada!
¡oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
- “Soneto V”, de Garcilaso de la Vega
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;
cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
- Fragmento de “Cena jocosa”, de Baltasar de Alcázar
En Jaén, donde resido,
vive don Lope de Sosa,
y direte, Inés, la cosa
más brava de él que has oído. (...)Tenía este caballero
un criado portugués…
Pero cenemos, Inés,
si te parece, primero.La mesa tenemos puesta,
lo que se ha de cenar junto,
las tazas del vino a punto:
falta comenzar la fiesta.Comience el vinillo nuevo
y échole la bendición;
yo tengo por devoción
de santiguar lo que bebo.Franco, fue, Inés, este toque,
pero arrójame la bota;
vale un florín cada gota
de aqueste vinillo aloque.¿De qué taberna se trajo?
Mas ya…, de la del Castillo
diez y seis vale el cuartillo
no tiene vino más bajo.Por nuestro Señor, que es mina
la taberna de Alcocer;
grande consuelo es tener
la taberna por vecina.
- “Soneto LVI”, de Gutierre de Cetina
Como la simplecilla mariposa
a torno de la luz de una candela
de pura enamorada se desvela,
ni se sabe partir, ni llegar osa;
vase, vuelve, anda, torna y no reposa,
y de amor y temor junto arde y hiela,
tanto que al fin las alas con que vuela
se abrasan con la vida trabajosa.
Así, mísero yo, de enamorado,
a torno de la luz de vuestros ojos
vengo, voy, torno y vuelvo y no me alejo;
mas es tan diferente mi cuidado
que en medio del dolor de mis enojos
ni me acaba el ardor, ni de arder dejo.
- “Vida retirada”, de Fray Luis de León
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal rüido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido!
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio moro, en jaspes sustentado.
No cura si la Fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento,
si soy del vano dedo señalado;
si en busca deste viento
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río!
¡Oh, secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso, no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera,
de bella flor cubierto,
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido,
los árboles menea
con un manso rüido,
que del oro y del cetro pone olvido.
Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna; al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa, de amable paz bien abastada
me baste; y la vajilla
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrasando
con sed insacïable
del no durable mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de yedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.
Sigue con:
Ejercicio: lírica renacentista
- Sigue practicando: Género lírico (ejercicios)
Referencias
- Iañez, E. (1989). Historia de la literatura III. El Renacimiento europeo. Bosch.
- Rest, J. (1991). Conceptos de literatura moderna. CEAL.
- Reyzábal, M. V. (1998). Diccionario de términos literarios I y II. Acento.
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