Encabalgamiento

El encabalgamiento es una figura literaria de tipo sintáctico, que consiste en comenzar una idea o enunciado en un verso y terminarlo en el siguiente, con el fin de conservar la unidad del verso sin alterar el sentido de la métrica.

Ejemplo de encabalgamiento:

Elisa, ya el preciado
cabello
, que del oro escarnio hacía,
la nieve ha variado

“De la Magdalena”, de Fray Luis de León (1527-1591).

El encabalgamiento permite superar la discrepancia entre la sintaxis y la métrica o la rima, dejando “a caballo” entre dos versos un enunciado.

Rompe o desajusta el flujo sintáctico al separar uno de sus versos, pero al mismo tiempo le permite al poeta conservar la musicalidad del poema. Asimismo, puede servir para introducir un cambio de ritmo en la obra, para evadir así la monotonía, o incluso resaltar ciertas partes del poema subvirtiendo la lógica esperable de las oraciones.

Este recurso puede emplearse tanto en la poesía rimada como en la prosaica, ya sea cuidando la métrica o usando el verso libre. Se considera, además, el recurso opuesto a la esticomitia, es decir, al adelanto por razones métricas o musicales de una parte del segundo verso, puesta al final del primero.

Tipos de encabalgamiento

Existen diferentes maneras de llevar a cabo un encabalgamiento en la poesía. La diferencia entre unas y otras depende del criterio a utilizar para su estudio.

Así, por ejemplo, el filólogo español Dámaso Alonso (1898-1990) propuso distinguirlos de acuerdo a la longitud del verso encabalgado (encabalgamiento abrupto y encabalgamiento suave); mientras que su colega Antonio Quilis (1933-2003) prefería tener en cuenta la naturaleza lingüística de los elementos encabalgados (encabalgamiento léxico, encabalgamiento sirremático y encabalgamiento oracional).

Encabalgamiento abrupto

El encabalgamiento abrupto ocurre cuando el sentido del primer verso se extiende hacia el segundo, en donde se quiebra de manera repentina, por ejemplo, debido al uso de algún signo de puntuación. Por ejemplo:

En el poema “Hombre”, de Blas Otero (1916-1979)

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando…

En el poema “Los que no danzan”, de Gabriela Mistral (1889-1957)

Todo el valle está danzando
en un corro bajo el sol,
y al que no entra se le hace
tierra
, tierra el corazón.

En el poema “Autumnal”, de Rubén Darío (1867-1916)

En las pálidas tardes
yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.

Encabalgamiento suave

A diferencia del encabalgamiento abrupto, en este caso el sentido inaugurado en el primer verso se extiende en el segundo hasta el final, sin sufrir ningún tipo de interrupciones. Por ejemplo:

En el poema “El enamorado”, de Jorge Luis Borges (1899-1986)

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

En el poema “Amor” de Pablo Neruda (1904-1973)

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.

En el poema “Esta tarde” de Alfonsina Storni (1892-1938):

Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
blanda y tranquila como espeso musgo,
tiembla mi boca y mis dedos finos,
se deshacen mis trenzas poco a poco.

Encabalgamiento léxico

El encabalgamiento léxico consiste en la fractura de una palabra, es decir, de una unidad sintáctica normalmente indisoluble. No es un tipo de encabalgamiento frecuente, pero en ocasiones permite iniciar el segundo verso con el fragmento de palabra, de modo tal que parezca una palabra entera y cuente con su propio sentido, entre otros efectos rítmicos y retóricos. Por ejemplo:

En el poema “Oda a la vida retirada” de Fray Luis de León

Y mientras miserable-
mente
se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

En el poema “Vista de Badajoz al atardecer” de Antonio Carvajal (1943-)

...del trueno y el relámpago 
del existir, vorágine de besos, 
irresistible trampa, go- 
zoso
esplendor de ilesos  
ángeles, que no humanos, inconfesos...

Encabalgamiento sirremático

El encabalgamiento sirremático ocurre cuando la ruptura se produce en medio de un sirrema, es decir, de un conjunto de palabras que tradicionalmente se escriben juntas y sin pausas que las separen. Como pueden ser un sustantivo y el adjetivo que lo caracteriza, o un verbo y su respectivo adverbio. Por ejemplo:

En el poema “Alma música” de Nicolás Guillén (1902-1989)

Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso
y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.

En el poema “Del pasado efímero” de Antonio Machado (1875-1939)

Y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo
en la oquedad de su cabeza.

En el poema “España, aparta de mí este cáliz” de César Vallejo (1892-1938)

¡Niños del mundo, está
la madre
España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Encabalgamiento oracional

El encabalgamiento oracional ocurre cuando una oración adjetiva es separada en dos versos, de modo que el antecedente oracional quede en el primero y el resto de la oración en el segundo. Por ejemplo:

En el poema “Mar por la tarde” de Octavio Paz (1914-1998)

Desnudo mar, sediento mar de mares,
hondo de estrellas si de espumas alto,
prófugo blanco de prisión marina
que en estelares límites revienta

En el poema “Alfabeto del mundo” de Eugenio Montejo (1938-2008)

Dibujar el milagro de esos días
que flotan envueltos en la luz

y se desprenden en cantos de pájaros.

Para tener en cuenta: En los casos en que el paso de un verso a otro separa el sujeto y el verbo, o el verbo y el complemento directo, de acuerdo con Antonio Quilis, no se produce encabalgamiento, pues se trata de separaciones que no producen una pausa anómala en la lengua.

Sigue con:

Ejercicios: encabalgamiento

Referencias

  • Martínez Fernández, J. (1997). “Sobre el encabalgamiento”. Tropelías. (7-8, pág. 193-215).
  • Oregon State University (s.f.). ¿Qué es el encabalgamiento? / Una guía para los estudiantes y maestros de literatura. Trad. Raiza Blazquez. LiberalArts
  • Valero, Arnaldo. (2000). “El encabalgamiento”. El trujamán, revista diaria de traducción. Cervantes

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Farías, Gilberto (25 de octubre de 2024). Encabalgamiento. Enciclopedia del Lenguaje. Recuperado el 23 de noviembre de 2024 de https://lenguaje.com/encabalgamiento/.

Sobre el autor

Autor: Gilberto Farías

Licenciado en Letras (Universidad Central de Venezuela)

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: 25 de octubre de 2024

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