Alegoría

La alegoría es una imagen, una descripción o una narración que contiene, por debajo del significado literal o visible, un significado figurado u oculto.

Ejemplos de alegorías:

  • La imagen de una mujer con los ojos vendados, sosteniendo una balanza y una espada como alegoría de la justicia.
  • Un esqueleto con una guadaña como alegoría de la muerte.
  • Un hombre anciano, de barba canosa y con alas como alegoría del tiempo.

La palabra proviene del griego allos, ‘otro’, ‘diferente’, y agoréuo, ‘hablar en asamblea’. El significado figurado suele remitir a una idea de carácter filosófico, religioso, moral o político. De modo más general, puede decirse que la alegoría es la expresión de una cosa por medio de otra, más fácil de entender.

Tal como se observa en estos ejemplos, muchas alegorías se basan en la personificación de conceptos abstractos. La alegoría es un recurso muy utilizado tanto en la literatura y el arte como en la filosofía. Actualmente, la publicidad, el cine y las producciones televisivas también apelan a ella.

Un ejemplo del uso contemporáneo de la alegoría es el de la película de animación Intensa-mente (Inside-Out, 2015), en la que aparecen personificadas las emociones de la protagonista (Alegría, Tristeza, Temor/Miedo, Furia/Ira y Desagrado/Asco).

Alegoría como figura retórica

Como figura retórica o literaria, la alegoría se define como un conjunto de imágenes verbales que representan una idea compleja. A menudo se la considera una sucesión de metáforas que expresan un mismo significado y se la incluye entre los diversos tipos de analogías.

Por ejemplo, para referirse a la conveniencia de no saltar etapas en la realización de una actividad, puede decirse alegóricamente: Un edificio se empieza a construir por los cimientos.

Alegoría en literatura

Muchas obras literarias recurren a la alegoría, total o parcialmente. La alegoría puede desarrollarse a lo largo de uno o varios párrafos, un capítulo o extenderse hasta abarcar todo un libro.

En cualquier caso, el uso de la alegoría implica un paralelismo continuo entre dos niveles de significado en una historia, de modo que los personajes y los hechos se corresponden con sus equivalentes en un sistema de ideas o una cadena de acontecimientos externos al relato.

Para tener en cuenta: El hecho de que en la alegoría haya un mensaje “oculto” por debajo del significado literal no significa que toda obra de la que puede extraerse un mensaje implícito sea necesariamente alegórica. La tendencia a interpretar una historia como una alegoría se conoce como “alegoresis”. Ejemplos de obras que pueden o no haber sido alegorías intencionales son las obras teatrales de Eugéne Ionesco y algunas obras de ciencia ficción y fantasía, como Las Crónicas de Narnia, de C. S. Lewis.

Ejemplos de alegoría en literatura

Algunos géneros literarios son esencialmente alegóricos. Entre estos géneros están:

  • La fábula. Es un relato breve en el que se ilustra una moraleja o regla de vida, protagonizado por animales personificados. Muchas veces estos animales se pueden identificar con características morales. Por ejemplo, el zorro se asocia con la astucia y el engaño, el perro con la fidelidad y el cordero con la pureza y la inocencia.
  • Las moralidades. Son un género teatral surgido al final de la Edad Media, en el que se presentaban diversos atributos morales personificados (la verdad, la prudencia, la generosidad) que procuraban guiar al protagonista por la buena senda.
  • Los autos sacramentales. Son obras teatrales, relacionadas con las moralidades, pero de carácter religioso, en las que los personajes encarnaban ideas y conceptos filosóficos y teológicos (la virtud, la fe, la esperanza, la misericordia, entre otros).

Sin embargo, también se pueden encontrar alegorías en otros tipos de textos literarios. Algunos ejemplos son:

  • Roman de la Rose [el libro de la Rosa], de Guillaume de Lorris y Jean de Meung. Este poema, escrito en el siglo XIII, es el relato de un sueño de su protagonista, Guillaume, quien a partir del encuentro con una serie de personajes alegóricos (Alegría, Amor, Razón, Rosa, entre otros) aprende las reglas del amor cortés y reflexiona sobre ellas.
  • La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Este poema, compuesto en el siglo XIV, narra el recorrido imaginario que Dante realiza a través del Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. En términos generales, el texto puede interpretarse como una alegoría del ser humano (encarnado en el propio Dante) que busca su perfección a través de Dios, guiado por la razón (el poeta latino Virgilio, que lo guía en el Infierno y el Purgatorio) y la fe (Beatriz, la amada que lo guía por el Paraíso). Además, hay numerosos elementos alegóricos a lo largo de la obra; por ejemplo, los animales con que Dante se encuentra al comienzo: un león, una alegoría de la soberbia; un leopardo o una pantera, que representa la lujuria, y una loba, que encarna la codicia.
  • La reina de las hadas, de Edmund Spenser. Es un extenso poema épico, publicado por primera vez en 1590. Está dividido en 6 libros, algunos de los cuales están dedicados a una virtud, encarnada en un caballero u otro personaje. Así, por ejemplo, el libro 1 está dedicado a la virtud de la Santidad, encarnada en el Caballero de la Cruz Roja, y el libro 2 a la virtud de la Templanza, encarnada en el Caballero Guyon. El poema es también una alabanza a la reina Isabel I, representada en la obra como Gloriana, la reina de las hadas.
  • Historia de una barrica, de Jonathan Swift. Publicada en 1704, esta obra es una sátira sobre la religión, la política, la literatura y la medicina de su tiempo. En su parte narrativa, relata las aventuras de tres hermanos, que son una alegoría de las tres ramas principales del cristianismo: el catolicismo, representado por el personaje de Peter, el hermano mayor; el protestantismo, encarnado por Jack, el hermano menor, y el anglicanismo, representado por Martin, el hermano del medio.
  • Rebelión en la granja, de George Orwell. Esta novela, publicada en 1945, es una alegoría, en tono satírico, del estalinismo. Narra la historia de los animales de una granja que expulsan a los humanos para imponer su propio gobierno. Este, finalmente, se convierte en una dictadura, ejercida por los cerdos. Al igual que en las fábulas, los animales representan a seres humanos; algunos de ellos, remiten a personajes históricos. Así, el cerdo Napoleón es una representación de Iósif Stalin y el cerdo Snowball de León Trotski.
  • La peste, de Albert Camus. Esta novela, publicada en 1947, narra una epidemia de peste ocurrida en la ciudad de Orán y las acciones solidarias de la población ante este evento. La obra ha sido interpretada como una alegoría de la resistencia francesa durante la ocupación nazi de Francia, en la Segunda Guerra Mundial.

Alegoría en el arte

En la pintura y la escultura, una alegoría es la representación de una idea mediante una figura humana, un animal o un ser mitológico o fantástico. Las figuras suelen estar acompañadas por una serie de atributos, que orientan acerca de cómo debe ser interpretada la obra.

Los atributos pueden ser los propios de un personaje (el arco y la flecha de Apolo, la palma de los mártires) o los asociados en una cultura a la noción abstracta que se quiere representar (el perro para la fidelidad, el reloj de arena para el tiempo).

Un ejemplo de pintura alegórica es el cuadro Amor sacro y Amor profano (1514) de Tiziano, exhibido en la Galería Borghese, en Roma.

La pintura de Tiziano puede interpretarse como una alegoría del amor o de la belleza.

El cuadro representa a tres figuras: dos mujeres y un niño, alrededor de una fuente, que se encuentran en un paisaje.

  • La mujer de la izquierda es una doncella prolijamente vestida. Algunos detalles sugieren que se trata de una novia: en el pelo tiene una corona de mirto (una flor sagrada para Venus, que solían llevar las novias) y tiene un cinturón ceñido al vestido, que simboliza la castidad. Con la mano izquierda sostiene una vasija de metal, que, según algunos críticos, representa la fugaz felicidad terrenal.
  • La mujer de la derecha es la diosa Venus, diosa del amor y la belleza. Sostiene un recipiente del que sale humo, probablemente incienso, que simboliza la felicidad eterna celestial.
  • El niño situado en el medio es Cupido, dios del deseo amoroso.

Tradicionalmente, la obra se interpretó como una alegoría de la concepción neoplatónica del amor, vigente en el Renacimiento: de acuerdo con esta concepción, la belleza terrenal es un reflejo de la belleza celestial. El hecho de que las dos mujeres son muy parecidas ha llevado a pensar que se trata de una representación de las Venus gemelas: la Venus terrena (la mujer de la izquierda) y la Venus celeste (a la derecha).

Alegoría en filosofía

Algunos filósofos han recurrido a la alegoría para exponer sus ideas. Entre ellos, se destaca Platón, una de cuyas alegorías más conocidas es la de la caverna, presentada en el libro VII de la República:

Unos prisioneros, encadenados en una cueva, frente a una pared, ven cómo sobre esta se proyectan las sombras originadas por un fuego, situado a sus espaldas. Las sombras corresponden a los objetos que transportan otras personas que pasan por la entrada de la cueva. De este modo, la idea de la realidad que tienen los prisioneros es la de las sombras que proyectan las cosas.

Mediante esta alegoría, Platón pretende mostrar cómo nuestra idea de la realidad está deformada como la de los prisioneros. El interior de la caverna y las sombras corresponden a la realidad que percibimos por los sentidos, mientras que el exterior y los objetos que proyectan las sombras representan el mundo de las ideas, donde reside, según Platón, el verdadero conocimiento.

Para Platón, la idea de la realidad que estas sombras dan a los prisioneros está tan distorsionada como la nuestra, pero, como los prisioneros de la cueva, nos negamos a rechazarla. Así, el filósofo se topa con la ceguera de los individuos a los que pretende educar.

Diferencia entre metáfora y alegoría

La metáfora es una figura retórica o literaria que consiste en mencionar un elemento para aludir a otro con el que tiene alguna semejanza, sin manifestar explícitamente la comparación entre ambos elementos. Por ejemplo: en Los suspiros se escapan de su boca de fresa (Rubén Darío, “Sonatina”) la boca se compara de manera implícita con una fresa por su color rojo.

Por su parte, la alegoría está constituida por una serie de elementos a través de los cuales se alude a una idea compleja, más abstracta. La alegoría es muchas veces considerada una metáfora continuada, es decir, una serie de metáforas sucesivas e hilvanadas. Sin embargo, la metáfora simple, a diferencia de la alegoría, tiene un solo significado, que surge de la combinación de una palabra con sentido literal (boca, en el ejemplo anterior) con otra de sentido figurado (fresa). En la alegoría, en cambio, hay dos significados: el literal y el figurado. Ambos significados no son excluyentes, de manera que una alegoría puede interpretarse solo en el nivel literal, sin que el sentido figurado sea evidente.

Por ejemplo: Se apagó la luz que iluminaba el camino, tiene un significado literal y también puede contener un significado alegórico, que alude a la muerte de un sabio cuyas enseñanzas eran una guía para la vida. Este significado no necesariamente es captado por todos los lectores. Es preciso conocer el contexto y las circunstancias en que se usa la frase para identificarlo.

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Referencias

  • Baldick, Chris (2015). “Allegory”, en Oxford Dictionary of Literary Terms, Oxford University Press.
  • Beristáin, Helena (1995). “Alegoría”, en Diccionario de retórica y poética, Porrúa.
  • Marchese, Angelo y Joaquín Forradellas (2007): “Alegoría”, en Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, Ariel.
  • Preminger, Alex y otros (eds.) (1993).  “Allegory”, en The New Princeton Encyclopedia of Poetry and Poetics, MJF Books, .

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Miller, Ignacio (1 de marzo de 2024). Alegoría. Enciclopedia del Lenguaje. Recuperado el 12 de septiembre de 2024 de https://lenguaje.com/alegoria/.

Sobre el autor

Autor: Ignacio Miller

Profesor en Letras (Universidad Nacional de La Plata).

Revisado por: Inés Iraeta

Licenciada en Comunicación Periodística (Universidad Católica Argentina)

Última edición: 1 de marzo de 2024

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